Gadafi, un líder excéntrico y caprichoso
Perfil
Gobernó Libia bajo el lema "Libertad, socialismo y unidad" aunque no desdeñó el uso del terrorismo para alcanzar sus objetivos.
El líder libio, Muamar al Gadafi, conocido por sus excentricidades, enfrentamientos con Occidente, veleidades sin fin y el más longevo de los dictadores en África, está cercado tras un rebelión que ha sangrado el país durante meses.
Gadafi, presidente y jefe del Consejo Revolucionario de Libia, nació en Sirte, en 1942, en el seno de una familia de beduinos de la tribu Gadafa, influyente en las esferas de poder. Su padre, pastor de camellos, le dio estudios primarios y secundarios y después completó su formación en la Academia Militar.
El 1 de septiembre de 1969, ayudado por un grupo de oficiales, tomó el poder siguiendo el modelo egipcio y derrocó al rey Idris cuando se encontraba de visita en Atenas.
Heredero del panarabismo del expresidente egipcio Abdel Nasser, cuando llegó al poder copió la constitución egipcia y emuló su lema nacional: "Libertad, socialismo y unidad".
Asumió la presidencia del Consejo de Mando de la Revolución y proclamó la República Árabe Libia, que a partir de 1977 adoptó el nombre de Al Yamahiria Arabe Libia Popular Socialista.
Su política ha girado en torno a la unidad del mundo árabe. Por ello buscó alianzas que le llevaron a soñar con los Estados Unidos del Sahara, o en fusiones efímeras con Egipto, Túnez, Argelia o Marruecos. En 1971 se creó la Unión Socialista Árabe, único partido en el país.
El 15 de abril de 1973, tras un fallido golpe de Estado, anunció una revolución cultural con la inclusión de los llamados comités populares de base (que actúan como pequeños ministerios).
Dos años después, en 1975, superó una intentona golpista debido al malestar social y en 1976 decidió publicar el llamado Libro Verde, donde defendía una "tercera teoría universal", que rechazaba el capitalismo y el socialismo, por considerarlos ajenos al contexto social árabe.
En 1977 proclamó la Yamahiriya, o República de masas, con la que trató de dar la voz al pueblo a través de la creación del Congreso General del Pueblo y los llamados comités revolucionarios del nuevo Estado. Contrario a la paz con Israel, en 1977 se opuso a la iniciativa propuesta por el presidente egipcio Anuar El Sadat.
En 1984 renovó el Congreso General del Pueblo y creó dos nuevas secretarías, la de universidades y de seguridad exterior. La creación de estos organismos y la represión contra los disidentes aumentó la actividad de grupos opositores, principalmente el Frente Nacional para la Salvación de Libia, según Gadafi, patrocinado por gobiernos extranjeros.
Encuadrado por parte de EEUU en la órbita del terrorismo internacional, en abril de 1986 aviones norteamericanos bombardearon Trípoli y Bengasi. En el ataque murieron 40 personas entre ellas una de las hijas adoptivas de Gadafi. Paradójicamente, la llegada al poder de Gadafi fue bien acogida por EEUU y la CIA le ayudó en tres ocasiones a sofocar golpes de Estado.
En política exterior, en 1988, se reconcilió con Túnez y Argelia y en 1989 se adhirió a la Unión Árabe Magrebí. Mientras, en política interior volvió a encarcelar a integristas islámicos.
En 1992 la ONU le impuso un embargo aéreo por su negativa a entregar a EEUU o Gran Bretaña, a dos sospechosos del atentado contra un avión de Pan Am en la localidad escocesa de Lockerbie en 1988 en el que murieron 270 personas. Finalmente y después de la mediación de Nelson Mandela en 1999 los entregó para que los juzgaran.
En su intento de acercarse a Occidente, en 2002 anunció la detención en Libia de varios miembros de Al Qaeda acusados de los atentados contra EEUU en 2001, si bien se mostró contrario al ataque de EEUU contra Irak.
Asimismo, en 2004 anunció la indemnización a las 160 víctimas del atentado contra la discoteca berlinesa La Belle en 1986, del que se acusó a los servicios secretos libios, como parte de sus esfuerzos para regresar a la comunidad internacional.
Ese año 2004, el gobierno libio y los familiares de las 170 víctimas del atentado contra el avión de la compañía UTA en 1989 del que también se culpó a Libia, firmaron en París un acuerdo de indemnización de un millón de dólares, lo que mejoró los lazos entre París y Trípoli. Poco después EEUU levantó varias sanciones.
A finales de 2010, varios cables de diplomáticos estadounidenses filtrados a Wikileaks lo calificaban de "voluble y excéntrico", afectado de graves fobias y de actuar conforme a sus caprichos.
En febrero de 2011, a raíz de las protestas populares en Túnez y Egipto que acabaron con sus respectivos regímenes, afrontó una revuelta similar en su contra y en menos de dos semanas las fuerzas de la oposición se hicieron con el control del 85% del país. Las protestas, que fueron violentamente reprimidas por las fuerzas de seguridad, causaron, según las organizaciones humanitarias, al menos 10.000 muertos, situación por la que en marzo intervino militarmente una fuerza internacional de la OTAN.
Aislado por la comunidad internacional y atrincherado en su cuartel general de Trípoli junto a sus hijos, aún negaba en una entrevista haber perdido el control de la situación en Libia porque "el pueblo le amaba".
En mayo de 2011 y tras estar sumido el país en un conflicto civil, la Corte Penal Internacional solicitó una orden de arresto contra él, su hijo Saif al Islam y el director de la inteligencia militar del régimen, su cuñado Abdulá al Senusi, por supuestos crímenes de lesa humanidad.
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