La ONU pide oficialmente a la UE que envíe una fuerza al este del Congo

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha pedido oficialmente a la Unión Europea (UE) que envíe una fuerza puente al este de la República Democrática del Congo (RDC) mientras llegan los refuerzos prometidos de la misión de las Naciones Unidas desplegada en la zona (MONUC).

La misiva con la petición fue enviada el viernes al jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, según indicó su portavoz, Cristina Gallach.

Los ministros europeos de Asuntos Exteriores, que se reúnen el próximo lunes en Bruselas, valorarán "con toda prudencia y todo respeto" la petición del secretario general de la ONU, afirmó la portavoz.

Según señaló Gallach, durante la celebración del Consejo Solana informará a los ministros de la carta, por la que se les pide de forma oficial el "despliegue de una fuerza puente" hasta que lleguen los efectivos que reforzarán la MONUC.

Francia, país que ocupa este semestre la presidencia de turno de la UE, pidió a comienzos de semana una concertación "urgente" de los Estados miembros tras asegurar Bélgica que Ban Ki-moon le había solicitado participar en una misión europea interina en la RDC.

El Ministerio francés de Exteriores admitió posteriormente la falta de apoyo para llevar a cabo esa iniciativa, y subrayó que la UE seguiría reflexionando en función de las posibles evoluciones de esta "crisis extremadamente grave".

La petición de Ban se ha oficializado ahora por medio de la misiva a Javier Solana.

El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el pasado 20 de noviembre una resolución que autoriza a aumentar de forma temporal en más de 3.000 los "cascos azules" actualmente desplegados para hacer frente al agravamiento del conflicto y de la crisis humanitaria en el este de la RDC, pero sin que se hayan precisado plazos.

La MONUC, presente en el país africano desde 2001, cuenta en la actualidad con 17.000 efectivos internacionales, lo que la convierte en la fuerza de mayores dimensiones de la ONU.

En cambio, los expertos consideran que incluso con un aumento de más de 3.000 militares y policías será difícil el control de la situación en un territorio tan grande.

Por su parte, los responsables de la misión advierten de que el proceso de encontrar países que quieran ceder nuevas unidades, entrenarlas y desplegarlas sobre el terreno puede demorarse meses.