Rusia y la OTAN mantienen sus discrepancias sobre las incursiones aéreas en Libia
Moscú no comparte con los aliados su forma de aplicar la resolución 1.973 de la ONU.
Rusia y la OTAN continúan discrepando sobre la interpretación de la resolución 1.973 de la ONU, que autorizó las incursiones aéreas en Libia, indicó ayer en Sochi el canciller ruso, Sergei Lavrov, al término de una reunión celebrada con la Alianza en la que participó el presidente sudafricano Jacob Zuma.
Lavrov y el presidente ruso, Dimitri Medvedev, participaron en Sochi, ante el mar Negro, en una reunión del Consejo Rusia-OTAN a nivel de representantes permanentes, con el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, y los embajadores de los 28 estados miembros de la organización.
Antes, Zuma, partidario como Rusia de una resolución pacífica del conflicto, se reunió con Medvedev y ambos expresaron su voluntad de hacerse escuchar ante la OTAN. "Me gustaría que (los representantes de la OTAN) comprendan, a la vez de mi parte y tal vez de la suya, señor presidente (Zuma), lo que pasa en ese país", en Libia, declaró el líder ruso. Ambos buscan desempeñar un papel mediador en el conflicto.
"Por el momento, no tenemos la misma visión que la OTAN del modo de aplicar esta resolución", declaró Lavrov. "Consideramos que el embargo en materia de armas no deja lugar a dudas" en el texto de dicha resolución, estimó. Por lo tanto, "cualquier entrega de armas constituye una violación de la resolución", agregó. "Ellos opinan distinto", pues para la OTAN "la resolución permite que cada cual haga lo que le parezca", indicó.
En cambio, Rasmussen afirmó que "la entrega de armas se realizó en el marco de la protección de los civiles y de sus posibilidades de defenderse ellos mismos de los ataques. Hasta hora, hemos aplicado con éxito la resolución", dijo.
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