Un tramposo en los 'greenes'
Elecciones en Estados Unidos
Trump, habituado a la marrullería, pone en cuestión el proceso electoral
"Hacen trampa con el voto por correo, es un desastre". "Las elecciones están amañadas". "Va a haber un fraude de una magnitud jamás vista". Donald Trump ha salpicado la campaña electoral con afirmaciones infundadas, acaso preparando el terreno ante una probable derrota. Los votos anticipados o por correo postal suelen llevar la vitola demócrata y la pandemia ha disparado estas alternativas entre los estadounidenses.
El magnate morirá políticamente, si es que muere, con las botas puestas y echando mano de artimañas de todo pelaje con tal de enfangar el terreno de juego. Salvo que Joe Biden arrase en el voto presencial, habrá que esperar unos días para conocer al próximo mandatario de EEUU por el recuento de los electores que votaron antes. Trump aprovechará para sembrar de dudas el proceso, agitando un supuesto "fraude" y movilizando su bélico discurso para inundar de protestas las calles y recurrir a los tribunales para frenar el resultado y la transición en el mando de la Casa Blanca.
Seguro que tiene en mente las argucias de su amigo y asesor Roger Stone, a quien libró de la cárcel. Convertir el juego sucio en un arte.
Que Trump no ha acatado jamás las reglas y que es capaz de mentir como un bellaco con tal de salir triunfador pueden certificarlo quienes han compartido greenes con él al golf, una de sus pasiones. Este deporte lleva a gala señalar con el dedo al tramposo, sea quien sea.
En el Comandante tramposo: Cómo el golf define a Trump –el título juega con la expresión commander in chief, comandante en jefe–, el ex columnista de Sports Illustrated Rick Reilly narra no sólo su experiencia en un duelo con el neoyorquino, sino un manojo de historias que no dejan en buen lugar al presidente de EEUU; en el golf los jugadores son sus propios árbitros.
En 2017, jugó una ronda con los profesionales Tiger Woods y con Dustin Johnson. La pareja de Trump, el analista de Fox Sports Brad Faxon, afirmó que sus artimañas incluyeron una anotación que no tuvo en cuenta dos pelotas que mandó al agua. El autor cita a jugadores que lo acusan a él, a su caddie y a agentes del servicio secreto de dar patadas a las pelotas si caen en sitios complicados. En el Winged Food Golf Club, "los caddies están tan acostumbrados a que patee la pelota hacia la calle que lo apodaron Pelé", cuenta Reilly.
"¿Ves a esos dos tipos?", susurró Trump en una ocasión a su compañero de partido. "Hacen trampas. ¿Me ves a mí? Yo hago trampas. Y espero que tú también las hagas porque les vamos a ganar hoy a esos dos". Desde luego, nunca ha escondido que quiere ganar a toda costa, ¿qué más da el cómo?
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