El presidente sirio autoriza el multipartidismo y la ONU condena la represión
El Consejo de Seguridad pide en una resolución el cese inmediato de la violencia y Ban Ki-moon califica los acontecimientos de "brutalmente estremecedores".
El presidente sirio Bashar al Asad ha promunlgado un decreto que autoriza el multipartidismo en el país, dando así satisfacción a una de las principales reivindicaciones del movimiento de protesta iniciado a mediados de marzo, anunció la agencia oficial Sana.
El gobierno sirio adoptó a finales de julio un proyecto de ley que autoriza el multipartidismo en un país donde la arena política está monopolizada por el partido Baas, en el poder desde 1963, pero el decreto permite que la medida pueda aplicarse inmediatamente, sin esperar un voto del Parlamento.
"El presidente Asad promulgó el jueves un decreto presidencial sobre la ley de los partidos", informó Sana.
El texto establece las condiciones de creación y funcionamiento de agrupaciones políticas que coexistan con el Baas, definido por la Constitución siria como el partido "dirigente del Estado y de la sociedad".
Los nuevos partidos deberán respetar la Declaración Universal de Derechos Humanos y no estar basados en principios religiosos o en núcleos tribales ni ser ramas de organizaciones extranjeras.
Tampoco deberán tener brazos militares o paramilitares y tendrán que disponer de objetivos definidos y de fuentes de financiación claras.
Condena del Consejo de Seguridad
Mientras, el Consejo de Seguridad de la ONU rompió su silencio de varios meses sobre la violencia en Siria y censuró al régimen de Damasco, pese a la oposición del Líbano, miembro temporal del órgano que finalmente se desvinculó de la condena a su país vecino.
"Es un texto contundente y se trata de un gran éxito para los países europeos que hemos batallado durante semanas para obtener una reacción del Consejo de Seguridad", indicaron fuentes diplomáticas europeas tras alcanzar el acuerdo sobre la condena contra el régimen del presidente sirio.
Las mismas fuentes no escondieron su satisfacción concretamente ante el hecho de haber logrado el respaldo de "países muy conservadores, como Rusia y China", que apoyaron la condena tras haberse opuesto a que el Consejo se pronunciara en las últimas semanas con el apoyo de India, Brasil, Sudáfrica y Líbano.
Ese último país, sin embargo, realizó una maniobra diplomática que le permitió primero abrir paso a la declaración presidencial de condena -un mecanismo que requiere de la unanimidad del órgano- y, una vez que ésta fue leída, desvincularse de ella.
"Lo que afecta al Líbano afecta también a Siria y lo que afecta a Siria afecta asimismo al Líbano. Así lo demuestra la Historia", indicó el representante de ese país, que lamentó "profundamente la muerte de inocentes" en la nación vecina, pero acabó retirando el apoyo a la condena "porque no aborda la actual situación" de Siria.
El presidente de turno del Consejo, el indio Hardeep Singh Puri, aseguró ante la prensa que existen "precedentes en el pasado" de acciones similares a la libanesa y aplaudió igualmente que se alcanzara un acuerdo "en un proceso que no ha sido nada fácil".
"Hay que destacar que el Consejo ha estado completamente unido sobre el contenido de la declaración y el mensaje que ésta debía enviar", subrayó Puri sobre un texto que condena "las violaciones generalizadas de los derechos humanos y el uso de la fuerza contra los civiles por parte de las autoridades sirias".
Cese inmediato de la violencia
Además, pide a Damasco "el completo respeto a los derechos humanos" y que cumpla "con sus obligaciones bajo las leyes internacionales al respecto", al tiempo que pide el cese inmediato de la violencia, un apartado en el que se dirige a los manifestantes para solicitarles que eviten "los ataques contra las instituciones del Estado" sirio.
"Los actos bárbaros deben cesar en Siria. El país debe encontrar la estabilidad y solo lo logrará mediante el cese inmediato de la violencia y la puesta en marcha sin dilación de una profunda reforma política, el respeto a los derechos humanos y las libertades básicas", dijo el embajador británico, Mark Lyall Grant, en nombre de los países de la Unión Europea que se sientan en el Consejo.
Estos países (Reino Unido y Francia, permanentes y con derecho de veto, más los temporales Alemania y Portugal) presentaron en junio un proyecto de resolución de condena a Damasco apoyado por EEUU, pero que chocó directamente con Rusia y China, además de con Brasil, India, Sudáfrica y Líbano.
Después de que Damasco lanzara el pasado fin de semana una nueva sangrienta oleada represiva, creció la presión para que el Consejo se pronunciara de una vez, algo que ha ocurrido en el tercer día de reuniones intensivas a petición de los europeos y en las que se acordó pasar de una resolución a una declaración presidencial, un texto con menos implicaciones jurídicas.
La declaración del Consejo de Seguridad recibió enseguida el aplauso del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien en numerosas ocasiones había pedido una acción inmediata del órgano.
"Doy la bienvenida a la declaración como un mensaje claro de la comunidad internacional. El mundo ha visto el deterioro de la situación en Siria con profunda preocupación, pero los acontecimientos de los últimos días han sido brutalmente estremecedores", dijo Ban a la prensa tras la reunión del Consejo.
El máximo responsable de la ONU pidió a Al Asad y las autoridades sirias "el cese inmediato de la violencia contra su pueblo, el respeto inmediato a los derechos humanos, la puesta en marcha de las reformas que han anunciado y el cumplimiento de las demandas del Consejo de Seguridad para permitir la entrada al país de equipos humanitarios independientes".
También pidió que se investiguen los crímenes perpetrados en el país y que se juzgue a sus responsables, al tiempo que recordó a Al Asad que debe escuchar y responder "a las legítimas aspiraciones del pueblo sirio".
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