La violencia amenaza el 25 aniversario del acuerdo de paz en el Ulster
Irlanda del Norte
La Policía autónoma refuerza visiblemente su presencia en las calles de las principales ciudades de la provincia
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Belfast/Irlanda del Norte celebra este lunes el 25 aniversario del acuerdo del Viernes Santo, del 10 de abril de 1998, entre fuertes medidas de seguridad por la amenaza terrorista, pero sin eventos destacables hasta la llegada el martes del presidente estadounidense, Joe Biden, firme defensor del proceso de paz.
En una fecha tan histórica, un cuarto de siglo después de la firma del pacto que puso fin al conflicto en la isla de Irlanda, la atención está centrada en las intenciones de los disidentes del ya inactivo IRA, opuestos a la vía democrática.
Por ello, la Policía autónoma norirlandesa (PSNI) ha reforzado visiblemente su presencia en las calles de las principales ciudades de la provincia, como en la capital, Belfast, donde los uniformados se mezclan con los numerosos turistas que la visitan estos días de Semana Santa, señal de lo mucho que ha cambiado la región con el proceso de paz.
No obstante, lejos del centro, las dos comunidades tradicionalmente enfrentadas, la unionista probritánica y la nacionalista proirlandesa, aún conviven separadas, divididas en ocasiones, literalmente, por los llamados de manera eufemística "muros de paz", lo que evidencia que la reconciliación aún está incompleta.
Los políticos no ayudan, a pesar de que el acuerdo, llamado del Viernes Santo por los católicos y de Belfast por los protestantes, selló la paz entre las partes estableciendo un Gobierno de poder compartido, que ahora está suspendido desde hace más de un año.
El vacío político alimenta la violencia
El rechazo del Partido Democrático Unionista (DUP), segunda fuerza de Irlanda del Norte, a los arreglos comerciales pos BrexitBrexit para la región impide la formación de Ejecutivo conjunto con el republicano Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA y primera fuerza tras su histórica victoria en las elecciones del pasado mayo.
Este vacío político da alas a los grupos paramilitares que aún operan en la región y su actividad ha repuntado en los últimos meses, hasta llevar a la PSNI a elevar el nivel de la amenaza terrorista de "considerable" a "grave".
La PSNI ya comunicó este fin de semana que disponía de "información fiable de inteligencia" sobre planes de disidentes para atentar el lunes de Pascua, una fecha muy simbólica para el republicanismo pro-irlandés, pues conmemora el Levantamiento de Semana Santa de 1916, la rebelión contra la ocupación británica que sentó la bases de la posterior guerra de independencia del Reino Unido.
Este lunes, varios agentes de la PSNI han sido atacados con bombas incendiarias y proyectiles durante un evento de Pascua organizado en el barrio católico de Creggan, en la ciudad de Derry, en el mismo escenario del asesinato en 2019 de la periodista Lyra McKee.
Ataques de disidentes a la Policía
"Sus vehículos han sido atacados mientras atendían a un desfile de Pascua no notificado. No se han registrado de momento heridos. Hacemos un llamamiento a la calma", escribió la PSNI en su cuenta de Twitter.
Entre los eventos sí autorizados por la Comisión de Desfiles, establecida tras el acuerdo de paz, figuró una ofrenda floral efectuada por el Sinn Féin en el norte de Belfast por los caídos durante el Levantamiento de 1916 y el pasado conflicto.
"Lo que siento hoy es que estamos en un lugar mucho mejor que hace 25 o 50 años. Los jóvenes están creciendo en un lugar totalmente diferente al mío", explica a Efe el concejal republicano de esa zona en el Ayuntamiento de la capital, J.J. Magee.
Este veterano del conflicto reconoce que el proceso de paz "no es perfecto", pero recuerda el júbilo con el que el Sinn Féin y el IRA acogieron la firma del acuerdo hace 25 años.
"Fue un día extraño, el día que todos estábamos deseando que llegara, el de un alto el fuego duradero, el de un acuerdo de paz que perdurase", señala Magee.
Además, destaca, ha mantenido vivo el objetivo republicano de reunificar las dos jurisdicciones de la isla, Irlanda del Norte y la República de Irlanda, a través ahora de la vía pacífica y con un referéndum pactado con Londres.
"Por supuesto que tenemos que seguir avanzando hacia esa consulta, hacia una nueva Irlanda que será mejor para todo el mundo en la isla, tanto en el norte como en el sur", indicó.
Insiste en que "hemos tenido cien años de partición y no ha funcionado", en referencia a la fundación en 1922 del entonces llamado Estado Libre de Irlanda, independiente, y de Irlanda del Norte, como parte integrante del Reino Unido.
"Necesitamos un referéndum pronto para construir una Irlanda mejor para todas y cada una de las personas que viven aquí", concluye Magee.
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