Buen cine bélico que narra una historia digna de ser conocida

THE ARTIC CONVOY | CRÍTICA

Fotograma de la película 'The Artic Convoys'.
Fotograma de la película 'The Artic Convoy'. / D. S.
Carlos Colón

16 de junio 2024 - 12:05

La ficha

**** 'The Artic Convoy'. Acción-Drama. Noruega. 2023. 123 min. Dirección: Henrik Martin Dahlsbakken. Guion: Lars Gudmestad, Harald Rosenløw-Eeg, Christian Siebenherz. Música: Johannes Ringen. Fotografía: Oskar Dahlsbakken. Intérpretes: Tobias Santelmann, Anders Baasmo Christiansen, Fredrik Stenberg Ditlev-Simonsen, Adam Lundgren.

El cine bélico no pudo volver a ser del todo el mismo tras los primeros 27 minutos de Salvar al soldado Ryan. La mejor, por más crudamente realista, secuencia de guerra en los 129 años de historia del cine. Tan desgarradora y apabullante que, de alguna manera, dañaba al resto de la película: es imposible mantener esta tensión intolerable (imprescindible verla y oírla en gran pantalla) durante todo el metraje. Pero he dicho que el cine bélico no volvió a ser del todo el mismo porque, como género cinematográfico consolidado, continuó produciendo obras que ya no podían ignorar esos 27 minutos, pero tampoco tenía por qué renunciar a una tradición digamos que entre testimonial y aventurera (cuando no explotando espectacularmente, eso sí, con inteligencia, la violencia y la crueldad como hizo el maestro del exceso Robert Aldrichcon otro punto de giro del género: Doce del patíbulo) que desde el mudo ha producido un puñado de obras maestras y cientos de películas muy estimables, unas más y otras menos convencionales.

Es a esta línea a la que se apunta esta buena película de guerra dirigida por un excelente artesano que debutó en el largometraje con Returning Home (2015), película podría decirse que posbélica que trataba de la difícil reincorporación a la vida civil de un combatiente en Afganistán, para después tocar, siempre con corrección y a veces con notable acierto, el suspense (Late Summer, 2016), el melodrama familiar (Rett Vest, 2017), el policíaco (The Outlaws, 2019), la biografía (Munch, 2020) o el terror (Possession, 2022).

The Artic Convoy tiene las cualidades de las mejores películas artesanales bélicas. La primera, divulgar acciones heroicas no muy conocidas (con su poco o mucho de ficción), como hacía Los héroes de Telemark (película por la que siento un especial aprecio por ser la última que completó el gran Anthony Mann) con el ataque de la resistencia noruega a las instalaciones de Telemark para frenar los avances nazis en la obtención de la bomba atómica. La recuerdo entre otras muchas por afinidad territorial, ya que The Artic Convoy también tiene por tema la solitaria lucha contra los nazis de los marinos mercantes noruegos que, como los miembros de la resistencia, se alzaron contra el invasor ignorando la cobardía de su gobierno colaboracionista.

El episodio histórico que esta película divulga es el de los convoyes árticos, las flotas que entre 1941 y 1945 partieron desde Estados Unidos, Reino Unido e Islandia para llevar armas, equipamiento y alimentos a las tropas soviéticas, navegando del Atlántico al Ártico para alcanzar los puertos rusos de Arcángel y Múrmansk sorteando las minas y enfrentándose a la marina y la aviación alemanas.

La segunda cualidad de esta película es contar la historia de uno de estos heroicos mercantes noruegos con un estilo contenido, serio y, en el mejor sentido de la palabra, convencional, es decir, alternando el detalle que multiplica el riesgo de la misión -la decisión del capitán noruego de seguir adelante tras dispersarse el convoy y perder la protección de los buques de guerra-, con el estudio de las tensas relaciones entre la tripulación a causa de las diferencias de temperamento y caracteres, agravadas por la arriesgada situación, que enfrenta al capitán y a quienes, con su segundo al frente, creen que deben regresar al puerto al carecer de protección; y los bien filmados ataques al convoy, porque el espectáculo y la emoción del combate son parte esencial de estas películas

En todos los niveles -divulgación histórica de un hecho digno de conocerse, tensión dramática en el claustrofóbico y amenazado universo del buque, estudio de personajes, escenas de acción e interpretaciones- funciona bien esta película sobria, entretenida y eficaz que resalta el heroísmo en una guerra justa.

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