¡Campeones de Albión!
Cómics
La unión de dos pesos pesados de los cómics como Chris Claremont y Alan Davis dio como resultado una colección mítica, con su tono humorístico, que publica Panini Cómics
Ha valido la pena la larga espera.
Durante mucho tiempo nos hemos encomendado a San Jack Kirby, para que gracias a su mediación, la editorial Panini Cómics publicara en nuestro país la definitiva reedición de uno de esos títulos que marcó un antes y un después en el universo marvelita.
Y curiosamente, las peripecias y aventuras de sus protagonistas no se desarrollaban en los Estados Unidos, sino que la acción, principalmente (hay un obligado cruce con la famosa saga Inferno que los trasladan a New York) se centra en el Reino Unido. Y claro, tirando de los mitos artúricos, el nombre de este curioso grupo de héroes tan solo podía ser uno.
¡Excalibur!
Tres espadas que se cruzan componían un logo que, curiosamente, no figuró por primera vez en la portada del lógico número uno de la nueva colección, sino que protagonizó la cubierta de un formato que, a finales de los años ochenta, dejó boquiabiertos a todos los aficionados.
Lo bautizaron como formato prestigio (más claro, agua) y ya con observar la portada se adivinaba que el interior de aquel cómic iba a ser canela fina.
Y es que, claro, Chris Claremont, a base de mucho talento, había traído a la palestra y convertido a La Patrulla-X en el supergrupo más famoso y que mejor vendía de todos los tiempos, así que su status le había colocado en una posición privilegiada a la hora de afrontar nuevos retos.
Pero claro, cuando uno cuenta en el apartado gráfico con una bestia parda de las viñetas como es Alan Davis, el resultado solo puede ser óptimo, y me atrevería a decir que su paso por esta colección es, tal vez con la excepción de Clandestine, uno de sus mejores, o su mejor trabajo.
Pero, ¿en qué se diferenciaba esta colección de otras?
Como ya todos sabemos, Claremont es el rey de la soap opera, el llamado culebrón, y metió a sus sufridos mutantes en una y mil líneas argumentales, que se iban desarrollando en sus colecciones.
Pues bien, en Excalibur lo diferente es el tono, que aquí se torna humorístico, con ese regustillo británico por lo irónico, aunque también habrá lugar para el drama, pero poco.
Aunque, el factor que hizo que nos enamoráramos de esta colección son sus protagonistas, un grupo imposible, variopinto, con un atractivo único.
Ellos son Brian Braddock, el Capitán Britania, la contrapartida inglesa del Capitán América. También creado por Claremont, y que había tenido la suerte de haber protagonizado aventuras escritas por dos genios como Alan Moore y Jamie Delano (Panini ya se encargó en su momento de recopilarlas en un tomo). Braddock es un tipo algo estirado, un gentleman con demasiada predilección por el scotch, que viste con trajes hechos a medida en las mejores tiendas de Londres.
Su pareja es Meggan, un auténtico ser de luz, tremendamente inocente, con la mente de una niña y el cuerpo de una curvilínea fémina. Vive sus días inmersa en el universo catódico y tiene la capacidad de poder transformarse en cualquier ser cuyas emociones la contagien.
A Kitty Pryde y Rondador Nocturno los conocemos de sobra todos aquellos que hemos echado los dientes disfrutando de las páginas protagonizadas por los pupilos de Charles Xavier.
Kitty vive en un constante estado de fase que la ha convertido en una especie de fantasma, aunque no se amilana por ello, utilizando sus conocimientos tecnológicos para ayudar al grupo.
Kurt Wagner, Rondador, tiene el cuerpo de un ágil demonio, pero sus referentes son Douglas Fairbanks Jr., Errol Flynn o Burt Lancaster, héroes de las películas, espadachines a los que imita, sumando a sus capacidades físicas la de poder teletransportarse allí donde visualice.
Y por último, la más poderosa, y peligrosa de la formación, Rachel Summers, Fenix. Llegada de un tiempo paralelo, la que fue esclava y perseguidora de mutantes lleva en su interior el legado de la entidad cósmica, lo que la convierte en una dura oponente.
Juntos van a vivir un sinfín de aventuras, perseguidos por los lobos de caza del catódico y dictatorial Mojo, o metidos en uno de los letales juegos inventados por el loco Arcade, enfrentados a la surrealista Banda Loca o a sus contrapartidas nazis…
Claremont y Davis están acompañados en este singular viaje por otros artistas como Rom Lin, Mashall Rogers, Arthur Adams (en un divertido argumento protagonizado por los Bebés-X), Michael Higgins y Erik Larsen.
¿Y queréis saber lo mejor de todo? Que este es tan solo el principio del viaje…
Toca disfrutarlo.
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