Huir de los barrotes
Cómic
En una oscura celda, un hombre viaja a otros lugares, otras épocas, para huir de su reclusión
Su nombre es Cornelius Dark, no sabemos el motivo por el que sus huesos han ido a parar a esa prisión. Pero para no enloquecer, este particular prisionero utiliza un método en el que la relajación hace que, como por arte de magia, pueda trasladarse en el tiempo y el espacio.
¿Sugestión, imaginación, simple y llana locura?
Ficha
Viajero de gris
Guion: Carlos Trillo
Dibujo: Alberto Breccia
Tapa dura
Blanco y negro
96 págs.
15,95 euros
ECC Ediciones
La solución a este enigma es lo de menos. Lo importante, como siempre, son las historias, los relatos que hacen que esa maquinaria, a veces vetusta, que es la imaginación, comience a mover de nuevo sus piezas, ruedas, resortes…
Sentado en su celda, Dark fija su mirada en un punto, un lugar lejano, fuera de los gruesos e infranqueables muros del lugar en el que le tienen recluido y sí, consigue llegar a un paraje desconocido para él, donde una sollozante y bella joven le narra su desgracia, la imposibilidad de volver a ver debido a su ceguera, y como ésta le ha arrebatado al amor de su vida, un famoso guerrero llamado Wan Tai, al que Dark acompañará junto a sus huestes en la batalla, haciendo finalmente un inesperado descubrimiento que dará un vuelco a la trama.
Siempre, sin poder evitarlo, como un pasajero que con prisa debe volver a su destino, Corneluis retorna a las cuatro estrechas paredes que le recluyen, aunque contento por poder haber disfrutado de la compañía de otros que no son sus compañeros prisioneros, que a estas alturas ya dudan de su cordura.
También conocerá a Julie, una ajada prostituta que aún tiene lugar en su corazón para albergar el amor. Y ella no será la única fémina con la que Cornelius se cruce, ya que en plena Revolución Francesa, una tal Carlota le invita a su casa, con un propósito bastante oscuro…
Las guerras siempre son crueles, y el protagonista caerá en tierras norteamericanas, justo en medio del encarnizado enfrentamiento entre norte y sur, donde tendrá que acompañar a un soldado en una misión con un desenlace totalmente inesperado.
Como lo será su encuentro en Arlés con cierto pintor pelirrojo que, aquejado por el más loco de los amores, utiliza a Dark como mensajero de su amor. Aunque creo que ya sabéis todos lo que pasó…
Y finalmente, el sexto y último viaje le lleva a Alemania, donde se encuentra con un grupo de pícaros que van a ejercer sus 'habilidades' con un crédulo tipo, provocando la solitaria risa de Dark en su celda, cuando regrese a la oscuridad de ésta.
Carlos Trillo y Alberto Breccia crean una metáfora de los tiempos que se vivían en Argentina, atrapada en las garras de la represión militar, y de manera metafórica muestran como la imaginación no puede ser atrapada en una jaula, ya que esta siempre hallará una manera de romper los barrotes y volar, fuerte y libre.
El maestro Breccia deja patente, una vez más, su total versatilidad a la hora de plasmar las historias, cambiando de estilo como el que lo hace de camisa y siempre, pero siempre, con un resultado que como lectores hace que nos quitemos el imaginario sombrero, ya sea utilizando la aguada, el collage, etc…
Una auténtica maravilla.
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