Premios Goya 2024: la reina Sigourney y el huracán Bayona
Premios Goya 2024
'La sociedad de la nieve' consigue 12 Premios Goya en un palmarés poco repartido que dejó espacio para ‘20.000 especies de abejas’ y ‘Robot Dreams’.
David Verdaguer y Malena Alterio, los mejores actores protagonistas.
El miedo a quedarse en blanco
Este es el listado de ganadores
Doce Premios Goya. El alud de galardones de La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona, empañó el regreso del maestro Víctor Erice en una gala sobria, celebrada en Valladolid y bien llevada por el trío conformado por Ana Belén y los Javis. Malena Alterio, David Verdaguer y 20.000 especies de abejas fueron otros triunfadores de un palmarés poco repartido y en el que las andaluzas Cerrar los ojos y Te estoy amando locamente se llevaron, respectivamente, los premios de actor de reparto (José Coronado) y la mejor canción original.
Ana Belén recordó la película que dirigió en 1991, Cómo ser mujer y no morir en el intento, la adaptación de la novela de Carmen Rico-Godoy, para reivindicar que las mujeres del cine "no queremos morir en el intento". Las recientes acusaciones de abuso que señalan a Carlos Vermut sirvieron para reclamar "certezas de igualdad, lo que pasa por condenar los abusos de violencia sexual y por revisar de manera profunda las estructuras que lo permiten. Aquí en el cine también se acabó", defendió la actriz de La casa de Bernarda Alba o La pasión turca. Antes, Amaia al piano y David Bisbal interpretaron Mi gran noche, con la esperanza de que la gran fiesta del cine español fuera una velada memorable.
El palmarés lo inauguró José Coronado, mejor actor de reparto en Cerrar los ojos, su segundo cabezón tras el protagonista de No habrá paz para los malvados y un nuevo premio que abrazó como "gasolina para seguir trabajando con humildad". El veterano elogió la "forma tremendamente respetuosa" con que Erice trata al espectador en sus películas, y agradeció a los compañeros de tantos rodajes –también tuvo palabras para los técnicos– el que le hayan ayudado a "vivir una vida de cine".
En el comienzo de la noche no pudieron materializar sus opciones ni La Dani, galardonado anteriormente en los Feroz, ni Omar Banana, seleccionados en el apartado de actor revelación, pero la andaluza Te estoy amando locamente, una de las sensaciones del año, triunfó en la categoría de canción original. Rigoberta Bandini definió su trabajo, Yo sólo quiero amor, como "sólo una pequeña pieza de un engranaje perfecto" y contó que había compuesto el tema reconocido pensando en "los amigos y las amigas del colectivo" y dedicó su victoria "a todos los que han llamado maricones y bolleras en el patio del colegio o han tenido que esconder su manera de ser en alguna ocasión. Nunca más vulnerarán vuestros derechos", aseguró la cantante de Ay, mamá.
Los dos primeros premios que se anunciaron se dirigían a distintas producciones, pero a partir de ahí los sobres abiertos se encallaron en un mismo nombre: La sociedad de la nieve. La Academia reconoció la impecable factura técnica de la película de J. A. Bayona en una concatenación sin fin: vestuario, efectos especiales, maquillaje y peluquería, montaje, fotografía, sonido, dirección de arte, dirección de producción... Hasta el compositor Michael Giacchino se impuso a otro de los favoritos de la noche, Alfonso de Vilallonga, autor de la bella partitura de Robot Dreams, en la pugna por la mejor banda sonora. Y también en el capítulo interpretativo conquistaba el Goya el argentino Matías Recalt, mejor actor revelación por dar vida a uno de los supervivientes de la tragedia de los Andes, Roberto Canessa. A mitad de la gala, La sociedad de la nieve llevaba diez plenos.
Aunque el homenajeado no estuvo presente –recogió su Goya de Honor días antes en Madrid–, uno de los momentos más emocionantes de la ceremonia fue la presentación que José Sacristán hizo del director de fotografía Juan Mariné. Del profesional que filmó 140 películas destacó Sacristán su "enternecedor propósito", el de "penetrar en los secretos de la luz, hacerse cuidador de imágenes", añadió sobre su faceta de restaurador cinematográfico. Quizás en alusión al vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox), que la víspera había declarado que los "verdaderos señoritos son los que quieren vivir de producir obras cinematográficas que luego no ve nadie", el actor de El viaje a ninguna parte explicó que Mariné se había "dejado la retina" en "cuidar y preservar" unos fotogramas que "forman parte del patrimonio cultural de este país". La emoción ya se palpaba en el ambiente cuando Ana Belén salió al escenario a recordar a una vallisoletana que logró el amor y la admiración de todo un país, Concha Velasco, a la que celebró con los acordes de éxitos suyos como La chica ye-ye o Mamá, quiero ser artista.
Pablo Berger, que hace unos años logró una decena de goyas con Blancanieves, cumplió las expectativas y se hizo con el premio a la mejor película de animación con Robot Dreams. El cineasta agradeció que gracias a este nuevo hito –su cinta está también nominada al Oscar– su adaptación de la novela gráfica de Sara Varon volverá a las salas. "¡Viva el cine en los cines!", dijo Berger. No sería el único galardón que se llevó el bilbaíno, distinguido también por el guión adaptado.
Mientras seas tú, de Claudia Pinto, que llegaba precisamente a la cartelera esta semana, vencía en el apartado de largometraje documental. Una obra que retrata el diagnóstico de alzhéimer a la actriz Carme Elías y un triunfo que el equipo quiso dedicar a las 900.000 personas que sufren esta enfermedad o demencias similares en España. Una hora después, la gala reconocía como mejor película iberoamericana otra cinta sobre el alzhéimer, la chilena La memoria infinita, de Maite Alberdi.
Estíbaliz Urresola, la creadora de 20.000 especies de abejas, fue este sábado la séptima cineasta consecutiva que gana el Goya a la dirección novel tras Carla Simón (Verano 1993), Arantxa Echevarría (Carmen y Lola), Belén Funes (La hija de un ladrón), Pilar Palomero (Las niñas), Clara Roquet (Libertad) y Alauda Ruiz de Azúa (Cinco lobitos). La realizadora, que en su filme retrata a una niña en la búsqueda de su identidad de género, habla en su obra de "la importancia de nombrar las cosas", por lo que quiso "nombrar lo que está sucediendo en Gaza, un genocidio".
Pedro Almodóvar y el reparto de Todo sobre mi madre, Cecilia Roth, Antonia San Juan, Penélope Cruz y Marisa Paredes se fotografiaron con Javier Calvo y Javier Ambrossi en un icónico sofá utilizado en esa película, antes de que Juan Antonio Bayona, que colaboró con la actriz en Un monstruo viene a verme, le concediera a "la reina" Sigourney Weaver el Goya Internacional. "Me hacéis sentir como una reina de verdad", comentó la intérprete de Alien o Gorilas en la niebla, que se mostró ciertamente conmovida por ser premiada en "un país que ha producido tantas obras maestras". Weaver se trasladó a su infancia, cuando miraba fascinada los mapas antiguos en los que habían dibujado barcos y monstruos marinos repartidos por los mares. "Trabajando como mujer en esta industria he recordado los peligros de los que avisaban esos mapas, los monstruos que podría encontrarme. Pero yo soy una aventurera", se definió una actriz que ha buscado a lo largo de su fructífera y ecléctica carrera "historias sobre y para mujeres que nos recordaran lo poderosas que somos". Esa generosidad que destacan los profesionales que la han tenido en su equipo se puso de manifiesto con un detalle. Dado que su amigo Bill Murray "me dice siempre que mis interpretaciones son mejores en español", mencionó en su discurso a María Luisa Solá, la actriz que la ha doblado al castellano en 30 películas.
Era difícil subirse al escenario después de Weaver, pero Niña Pastori, María José Llergo e India Martínez se enfrentaron con sus voces y sus carismas al desafío. Y tocaba otro homenaje: a María Jiménez y su Se acabó. Minutos después, la bailarina Janet Novás se llevó el Goya a la actriz revelación por O Corno, el largometraje con el que Jaione Camborda conquistó la Concha de Oro en San Sebastián. El futuro, por si algún despistado no se da por aludido a estas alturas, es de las mujeres.
Ane Gabarain recibió el Goya de actriz de reparto por 20.000 especies de abejas de las manos de la niña protagonista del filme, Sofía Otero, que rompió a llorar ante la noticia. El desenlace impidió otra escena realmente hermosa: ver a Ana Torrent, la niña de El espíritu de la colmena, recoger su primer Goya por su nueva colaboración con Víctor Erice, Cerrar los ojos.
El apartado de guión original bendijo de nuevo a Estíbaliz Urresola por 20.000 especies de abejas, un libreto al que dio forma, contó, inspirada por el testimonio de familias de niños trans.
David Verdaguer, el nombre que sonaba en todas las quinielas, fue elegido el mejor actor protagonista por Saben aquell, su retrato del humorista Eugenio, "una persona que tenía mucho miedo, como descubrí al hacer el personaje", aseguró el catalán, que dedicó su segundo Goya –el primero fue por Verano 1993– a "los humoristas de este país, que hacen un trabajo muy serio". El cabezón a la mejor actriz protagonista también respondió a los pronósticos: 23 años después de ser nominada como revelación, Malena Alterio alcanzó la gloria por su desafiante papel de Que nadie duerma, la adaptación del libro de Juan José Millás por el que esta "argentina madrileña" ha merecido todos los premios de la temporada.
El huracán Bayona, que sumó este año su cuarto Goya en categorías de dirección –el primero fue, obviamente, a la dirección novel–, evitó el homenaje que merecía el maestro Erice, quien quizás temeroso del desaire no asistió a la gala. Bayona, que peleará dentro de unas semanas en Hollywood como candidato al Oscar, y La sociedad de la nieve, hicieron pleno también en mejor película, anunciada por Almodóvar y el reparto de Todo sobre mi madre. La carrera acabó con el triunfo de la industria, una gran producción de Netflix, frente a propuestas más pequeñas.
También te puede interesar
Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS)
Teatro Lope de Vega de Sevilla: objetivo abrir en 2025
Lo último
Encuentro de la Fundación Cajasol
Las Jornadas Cervantinas acercan el lado más desconocido de Cervantes en Castro del Río (Córdoba)