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Los sellos especializados Quartet, La-la Land e Intrada recuperan en ediciones restauradas y ampliadas algunas grandes bandas sonoras de Williams, Mancini, Morricone, Jarre o Fielding
Se nos juntan en las listas de reproducción bastantes novedades de música cinematográfica recuperada, nuevas ediciones de viejas bandas sonoras en flamantes restauraciones generosas en material extra o inédito, versiones alternativas y, para aquellos que aún compramos formatos físicos, con amplias notas de libreto que las ponen en contexto.
Hoy por hoy, son apenas cuatro o cinco los sellos discográficos que siguen apostando por estos lanzamientos, la mayoría en tiradas limitadas, en ocasiones mediante crowdfundings, igualmente rigurosos en el tratamiento de los materiales y su diseño. El español Quartet Records es posiblemente el mejor y más constante de todos. Entre sus novedades encontramos la edición doble de dos de las menos conocidas y sin embargo extraordinarias bandas sonoras para dos tv movies dirigidas por Delbert Mann de un joven John Williams. Sus músicas para Heidi (1968) y Jane Eyre (1970) brillan en todo su esplendor sinfónico en unos discos que recuperan, restauran y remezclan los masters originales de la sabia y experta mano de Mike Matessino. En el caso de Heidi se pueden escuchar en su integridad el score completo así como la versión narrada y dialogada en las voces de Michael Redgrave y Jennifer Edwards. En el de Jane Eyre, sin duda uno de los más románticos e inspirados trabajos del Williams previo a Spielberg y Star Wars, se incluyen las piezas del álbum original y diez minutos de material adicional extraídos de las cintas de los archivos de Fox.
También en Quartet aparecía recientemente la versión ampliada de la música del añorado Morricone Morriconepara el thriller de Terence Young Bloodline (1979), su película americana inmediatamente posterior a la nominación al Oscar por Días de cielo. De tono oscuro y fatalista, y con un memorable tema central en la voz de Edda Dell’Orso, el score está repleto de pasajes de tensión y dramatismo marca de la casa. En esta versión ampliada en disco doble, se incluyen una nueva remezcla del material editado originalmente por Varèse Sarabande junto a cortes desechados del montaje final y varias piezas de ambientación.
Por último, Quartet acaba de lanzar la banda sonora de Scorpio (1973), una de las más celebradas colaboraciones entre Michel Winner y el compositor Jerry Fielding, especialmente conocido por sus trabajos para Sam Peckinpah. En su distintiva línea contemporánea con toques de jazz urbano, Fielding despliega aquí ritmos agresivos, motivos complejos y acción electrizante donde también hay espacio para un hermoso tema central. Chris Malone firma la restauración y el nuevo ensamblaje y Jeff Bond los textos. Otro estupendo Fielding para Winner, The nightcomers (1971), también acaba de encontrar una nueva edición en el sello Intrada, un score de terror que de nuevo permite al compositor desplegar su talento para la escritura moderna entre los pliegues de la recreación neoclásica y barroca.
Del sello norteamericano La-la Land nos llegan tres extraordinarias referencias. Moment to moment (1966, Mervyn Le Roy) se contaba entre las joyas inéditas más preciadas de Henry Mancini, de quien este año se cumple el centenario de su nacimiento, y aparece ahora con una preciosa portada vintage y uno de los mejores temas principales del compositor de Desayuno con diamantes, Charada o Dos en la carretera, que ya es decir, una melancólica canción con letra de Johnny Mercer desplegada por un coro de voces mixtas. De nuevo es Mike Matessino quien ha pulido el material original, generoso en desarrollos y variaciones del tema central.
Topaz (1969) supuso el encuentro entre el maestro Hitchcock y el por entonces popularísimo Maurice Jarre, compositor de las míticas bandas sonoras de Lawrence de Arabia o Doctor Zhivago. Un encuentro marcado por la marcha militar inicial y un tono satírico de suspense en el que el francés desplegó toda su inventiva instrumental e incluso pudo experimentar con los sintetizadores y las percusiones más exóticas. Esta nueva edición expandida llega a los 66 minutos.
El tercer gran lanzamiento de La-la Land conmemora el 40ª aniversario de Octopussy (1983), de John Barry. El primero de sus dos CD incluye el score completo con 36 cortes y 73 minutos de música, y el segundo la remasterización del álbum original, que se abre y cierra con dos versiones del tema principal cantado por Rita Coolidge, que no es precisamente uno de los más inspirados de la saga.
Pintando, cantando y bailando con John Lurie
La serie Painting with John, en HBO MAX, nos ha devuelto a un recuperado, cachondo y filosófico John Lurie en su particular isla caribeña de retiro, contemplación y lecciones de pintura naif lejos del mundanal ruido. Pero sobre todo nos ha devuelto a un enorme músico que tuvo que retirarse después de la enfermedad. Cerradas ya las tres temporadas, nos llega ahora su extraordinaria y generosa banda sonora, un compendio de viejos temas reciclados de sus Lounge Lizards o de su alter ego de voz profunda Marvin Pontiac junto a nuevas composiciones originales donde brillan el encuentro entre África, Latinoamérica, el blues y el cajún sureños, el western y otros sones populares de raíz filtrados por el jazz y el funk de vanguardia del que Lurie fue abanderado en la escena underground neoyorquina desde los ochenta.
Un auténtico festín de sonidos, ritmos, instrumentos insólitos, humor y juegos vocales donde participa una deslumbrante nómina de músicos como Steven Bernstein, G. Calvin Weston, Curtis Fowlkes, Jane Scarpantoni, Clark Gayton, Michael Blake, Doug Wieselman, Billy Martin, Evan Lurie o Smokey Hormel.
La música está disponible en un doble vinilo negro de 180 gramos a través de la web Royal Potato Family y también puede escucharse y descargarse en formato de calidad 24-bit wav en Bandcamp.
El estreno de la semana: ‘La abadesa’
Antonio Chavarrías reconstruye el siglo IX siguiendo a Emma, una joven nombrada abadesa con el fin de repoblar y cristianizar territorios en conflicto con los moriscos. Al llegar a la abadía tendrá que superar la desconfianza que despierta una mujer decidida a cumplir con su misión, lo que le llevará a enfrentarse a nobles, campesinos y a las propias monjas. Pese a todo, demostrará que, con determinación y voluntad, es posible desafiar las estructuras del poder.
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