Lo que el 'Boss' me enseñó

Cegado por la luz | Crítica

Viveik Kalra, en una imagen de 'Cegado por la luz', de Gurinder Chadha.
Viveik Kalra, en una imagen de 'Cegado por la luz', de Gurinder Chadha.
Manuel J. Lombardo

20 de septiembre 2019 - 06:00

Ficha

** 'Cegado por la luz'. Comedia dramática, 2019, Reino Unido 114 min. Dirección: Gurinder Chadha. Guion: Paul Mayeda, G. Chadha, Sarfraz Manzoor. Música: A.R. Rahman. Fotografía: Ben Smithard. Intérpretes: Viveik Kalra, Hayley Atwell, Rob Brydon, Kulvinder Ghir, Nell Williams, Aaron Phagura, Meera Ganatra.

Los ochenta fueron una década gloriosa para el cine británico, ahí están los Davies, Douglas, Clarke, Loach, Leigh, Frears, Jordan, Forsyth, Jarman o incluso Greenaway para corroborar su riqueza y variedad tras años de sequía goleadora. Una década que también mostró la cara del thatcherismo más duro, los recortes sociales y una crisis en los sectores industriales que alimentaron la desestructuración social y el auge de movimientos de ultraderecha que vieron en la población inmigrante al chivo expiatorio de su frustración y su ira.

De todo aquel paisaje social y cinematográfico apenas queda una leve y amable caricatura en este nuevo filme de Gurinder Chadha, a la que recordarán por aquella exitosa e inane Quiero ser cómo Beckham, un filme que remezcla la nostalgia generacional por la cultura pop de aquellos días en un guion de manual de estereotipos sobre las diferencias culturales en el seno de una familia paquistaní cuyo hijo varón, aspirante a escritor y con alma de poeta, encuentra una revelación y una respuesta a sus ansiedades y dudas adolescentes en las canciones con conciencia de clase de Bruce Springsteen.

Todo funciona aquí desde el marco de la confrontación elemental (padre vs. hijo, cultura británica vs. cultura de las raíces, neonazis vs. inmigrantes, personalidad vs. gregarismo, etc.) que hace de cada situación de conflicto, y las hay para dar y regalar, un elemento para la polarización en busca de una catarsis con mensaje conciliador que ponga todo en su sitio y haga aprender a cada personaje su lección de tolerancia y comprensión del otro.

Un cuentecito moderno, basado en hechos reales y su correspondiente libro (Sarfraz Manzoor), que Chandha filma disciplinadamente fiel a la fórmula y con escasa personalidad, el inestimable apoyo musical y épico del cancionero del Boss y cierta tendencia al mal gusto en la materialización de algunos pasajes video-clip.

stats