"Me gusta ser una actriz rentable"

La escritora Yasmina Reza buscaba a una actriz española que hablara correctamente francés para su estreno como directora de cine, la película Chicas. En un principio creía que Marisa Paredes sería la elección idónea, pero temía que resultara "demasiado sofisticada" para el papel. Un amigo le sugirió a Carmen Maura, y Reza la telefoneó a su casa con cierta vacilación. "Perdóneme, señora, soy Yasmina Reza, no sé si me conocerá...", le dijo. Pero la actriz admiraba el trabajo de la autora de Arte y respondió con entusiasmo al ofrecimiento.

"Lo que más me importaba de esta película era trabajar con Yasmina", declara Maura cuando le preguntan por su personaje. "No me importa que fuera éste [unamujer madura que presenta su novio a sus hijas], o una monja o una asesina". La colaboración ha sido, valora la intérprete, "una de las experiencias más gratificantes de mi carrera, un papel más contenido de lo que me ofrecen habitualmente".

Chicas, coprotagonizada por Emmanuelle Seigner y André Dussollier, rodó una parte de su metraje en Málaga, unos días que Maura recuerda con cariño. "No hacían más que decirme guapa, y se paraban a hablar conmigo. Hubo algún miembro del equipo que me dijo: ¡Pero sí que conoces a gente aquí! Y yo le aclaraba: No, si en realidad no conozco a nadie". Para la actriz, la calidez de los espectadores siempre ha sido un estímulo. "Desde que empecé, lo que me interesaba era el público, más que la crítica o los premios. Me gusta ser rentable, me gusta ser negocio, que hagan cola para ver una película mía. Cuando comenzaba Almodóvar me decía que iba a ser taquillera, pero, añadía, taquillera de un cine", rememora entre risas.

Una rentabilidad que no preocupa tanto a Yasmina Reza, que pese a ser, según apuntan, la dramaturga viva más representada de la actualidad -"yo también he leído eso, pero no sé si es verdad"-, no busca en sus proyectos arrasar con las recaudaciones. "Lo que quiero es seguir mi camino. Ésta no es una película comercial, es íntima. El éxito me ha permitido la libertad creativa, contar la historia que quería". Está entusiasmada con su primer trabajo tras las cámaras y piensa ya en volver a intentarlo. "He aprendido tanto que me gustaría repetir para amortizar todo lo que he descubierto en este rodaje", anuncia.

Reza eligió la localización en Málaga "porque iba allí de vacaciones cuando era pequeña". De hecho, un plano en el que se ve una peluquería retrata el bloque en el que la directora pasó aquellos plácidos veranos, en un barrio que entonces era "muy distinto, sin aceras ni asfalto en las calles. Me parecía conmovedor rodar en un sitio vinculado a mi historia personal".