Concha Velasco recrea en el Gran Teatro la vida trágica de Juana la Loca
La actriz vuelve a Córdoba con una obra escrita por Ernesto Caballero que transcurre en la madrugada del 11 al 12 de abril de 1555, en las últimas horas de la vida de la protagonista

Córdoba/El Gran Teatro acoge esta noche (20:30) Reina Juana, una obra escrita por Ernesto Caballero, actual director del Centro Dramático Nacional, y que reúne a dos amigos de toda la vida que tenían todavía la "cuenta pendiente" de trabajar juntos: el director Gerardo Vera y la actriz Concha Velasco, que "entrega su alma" en este intenso viaje al interior de Juana I de Castilla, que pasó a la historia como Juana la Loca; aunque de loca no tenía nada y sí mucho, apuntan ambos, de "víctima del absolutismo de la época" que le tocó vivir.
"Es un personaje que si hubiera sido conocido por Shakespeare, podría haber sido sin duda la protagonista de alguna de sus grandes tragedias". De esta convicción -expresada por Vera- y en este registro parte esta nueva aproximación a la historia de esta hija de los Reyes Católicos que estaba llamada a tenerlo todo, pero acabó apartada del trono que le correspondía, encerrada durante la mayor parte de su vida en un castillo de Tordesillas por orden primero de su padre Fernando y después de su hijo Carlos I.
Lejos del "morbo enfermizo" que según Vera marcó a fuego el relato colectivo sobre el personaje, Reina Juana lleva al espectador a un ámbito de complejidad moral e intimidad extrema. La obra transcurre en la madrugada del 11 al 12 de abril de 1555, cuando Juana recibió la visita de su confesor, el futuro san Francisco de Borja, en las últimas horas de su vida. Felipe II, entonces en el trono, pretendía encontrar indicios de herejía en las palabras de su abuela, que para entonces llevaba encerrada en contra de su voluntad 40 de sus 76 años de vida.
"Yo puedo recordarlo todo, en un segundo si hace falta, si tuviera que confesarme ahora mismo, podría contar toda mi vida. Y como lo recuerdo así de bien, pongo mis emociones más personales en la obra", indica Velasco, ganadora este año del Premio Nacional de Teatro y que lloró cuando leyó por primera vez el texto de Caballero, y ha conseguido que también Vera lo haga. "Yo soy muy duro, soy muy sensible pero trabajando soy duro, y por eso es muy difícil, cuando estoy dirigiendo una obra, que me emocione de esa manera. Pero con ésta, en algunos momentos del monólogo, se me han llenado los ojos de lágrimas, algo que no me había pasado nunca", confiesa el director.
En ese monólogo, que transcurre ante la mirada y la presencia imaginarias del confesor, la reina, una mujer destrozada emocionalmente y cuya vida ha transcurrido entre enormes contradicciones, "vuelve a ser niña, y madre, y reina, y cortesana, y enamorada...", explica la veterana actriz sobre esta propuesta que ha despertado expectación en Córdoba: las entradas están agotadas.
"Era una mujer culta y sensible. Para mí, es la gran maltratada de la historia de España. Pero ni siquiera el encierro que vivió durante 40 años consiguió que se reconociera loca", dice Velasco. "Fue una mujer muy libre y muy moderna para su época. Es conocido su enfrentamiento con el Cardenal Cisneros, que marcaba el paso de la Iglesia en aquel momento", apunta Gerardo Vera sobre el escaso sentimiento religioso del que hizo gala siempre Juana de Castilla, que a los de sus padres, su marido, Felipe el Hermoso, y su hijo el emperador Carlos, sumó también el desdén de su nieto, Felipe II.
"Pero nada de esto es nuevo", tercia de nuevo la actriz; "cuando nos enteramos de algo que no conviene, nos dicen que estamos locas, por eso hay muchas cosas de la historia de Juana que a las mujeres nos llegan especialmente, porque todavía no somos la mitad del cielo". La rebeldía del personaje, confiesa el director de la obra, fue una "gran inspiración". "Fue capaz de decir no cuando todos decían sí. En última instancia, esas son las personas que hacen avanzar al mundo".
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