Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
Concierto de Hombres G
Veni, vidi, vici, que diría Julio César si el emperador de los emperadores romanos tuviera que calificar el triunfo de Hombres G el pasado viernes en el Coso de los Califas de Córdoba, donde la banda madrileña cortó las dos orejas y el rabo musicalmente hablando. Como ya ocurriera hace justo un par de años, la última vez que visitaron la ciudad en concierto, David Summers (bajo y voz), Daniel Mezquita (guitarra), Rafa Gutiérrez (guitarra) y Javier Molina (batería) -más Jason Paradise (teclados) y Juan Muro Juanito Piscinas (saxo)- se volvieron a meter al respetable en el bolsillo desde los primeros acordes, en esta ocasión, de Voy a pasármelo bien. Y vaya si el respetable se lo pasó bien, pero que muy bien.
Por delante, 22 temas, la mayoría de los cuales son ya clásicos inmortales del pop-rock en español, como el segundo que interpretaron, El ataque de las chicas cocodrilo, de aquel disco de 1986, el segundo de los G, que titularon La cagaste Burt Lancaster, ese LP que superó al primero de 1985 de título homónino al nombre del grupo. Dos chupinazos que fueron un chute de adrenalina convertido en saltos y bailes a lo bestia de un público que empezaba a entregarse, hasta que sonaron las primeras notas de Con los brazos en cruz, el primer single de Resurrección, el álbum editado este año que la banda venía a presentar a Córdoba y que David recomendó encarecidamente al respetable que escuche muy detenidamente. "Es muy bonito", dijo, y no le falta razón.
Durante las casi dos horas que duró el recital, Resurrección y La cagaste Burt Lancaster fueron los discos de los que Hombres G interpretaron más canciones -seis de cada uno-. A Con los brazos en cruz, tomada con tibieza por el respetable por eso de no ser muy conocida, le siguió Si no te tengo a tí, el cuarto corte del LP de 1988 Agitar antes de usar, para volver a La cagaste Burt Lancaster con Un par de palabras. Después, con Confía en mí y Que vuelvasya demostraron que Resurrección no es un disco más de los Hombres G, sino que es un buen disco, como buenas fueron las canciones que sonaron a continuación, Lo Noto, ese grandísimo éxito con el que volvieron en 2002 cuando nadie los esperaba, después de diez años separados y que estaba incluido en el LP Peligrosamente juntos; Resurrección, tema que da título a ese último trabajo de este año; y ¿Qué soy yo para ti?, del álbum de 2004 Todo es muy extraño.
Tras este último tema David tuvo un recuerdo para su padre, el genial cineasta Manuel Summers, quien le inspiró Llegar a la noche, también de Resurrección, insistiendo en la importancia de vivir el día a día y dedicándole el tema a su tío Enrique Summers, quien reside en Córdoba, y a la familia de este. Después le dedicó a todas las cordobesas "una de nuestras canciones favoritas que llevamos tocando más de 30 años; y que va a introducir mi compañero Dani". El punteo de Daniel Mezquita arrancó los aplausos del respetable, sonaba Te quiero, canción de La cagaste Burt Lancaster, al igual que la siguiente, Indiana, que mantuvo también al respetable haciéndole más que los coros a los G.
Después sonaron No te escaparás, de Peligrosamente juntos, y Nassau, tema de los inicios de la banda que apareció en modo maqueta en ese mismo álbum, para posteriormente dar paso a Suéltate el pelo, de Agitar antes de usar, clásico que hizo bailar como posesos a ritmo de rock and roll a todo el Coso de los Califas y hasta consiguió que alguien se tomara al pie de la letra la canción lanzando un sujetador al escenario. Este último tema dio paso a la presentación de "unos músicos que llevan con nosotros más de 30 años", destacó David, para referirse a Paradise y Muro, antes de que sonara Visite nuestro bar, de La cagaste Burt Lancaster, canción gran parte de la cual el respetable interpretó en modo karaoke, al igual que ocurrió con la inmortal Marta tiene un marcapasos, también del mismo LP, que sonó a continuación.
Empezaba así una recta final en plan lento que comenzó con Junto a ti, el tema que cierra el disco Resurrección, canción que dio paso a uno de los momentos más bonitos de la noche, cuando David pidió al público que encendiera las linternas de sus móviles para acompañar a la bella Temblando, tema que era el último corte de aquel Estamos locos...¿o qué?, de 1987. Recta final que había que acabar a lo grande y que, como ocurrió al principio con las primeras canciones, supuso un chute de adrenalina para el respetable, chute que provocaron las esperadas Venezia y Devuélveme a mi chica, ambas del primer LP de David Summers y los suyos, Hombres G (1985), canciones que sirvieron para poner el punto y final a un conciertazo en el que Córdoba se lo pasó bien, muy bien con unos Hombres G que, como hace dos años, llegaron a la ciudad, vieron y triunfaron.
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
El parqué
Caídas ligeras
Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Todo lo que era sagrado
No hay comentarios