Córdoba sigue soñando con la Capitalidad Europea en 2016
Veredicto del primer corte
Burgos, Las Palmas de Gran Canaria, San Sebastián, Segovia y Zaragoza serán rivales de la candidatura cordobesa
Córdoba está legitimada para prolongar su sueño de ser la Capital Cultural de Europa en 2016. Así lo dictaminó ayer el jurado responsable de la evaluación de las candidatas, que consideró necesario ampliar el cupo de finalistas a seis (el máximo inicial era de cinco) por la alta calidad de los proyectos presentados. Burgos, Las Palmas de Gran Canaria, San Sebastián, Segovia y Zaragoza son las rivales en el último tramo del proceso, que concluirá en el verano del próximo año con la designación de la ganadora. "Es un día histórico para la ciudad", afirmó el alcalde, Andrés Ocaña, que abrió la candidatura a toda Andalucía y pidió el apoyo decidido de la Junta. Con Málaga excluida, aseveró, "ya no debe haber neutralidad activa ni ambigüedades por parte de nadie".
La tarde tuvo, sobre todo, sorpresas. Y mucha expectación. Casi 200 periodistas se dieron cita en el Auditorio 400 del Museo Reina Sofía para asistir al anuncio de las finalistas, en el que finalmente no estuvo presente la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. Todas las ciudades candidatas fueron representadas en la mayoría de los casos por sus alcaldes, que iban al frente de las embajadas (Francisco de la Torre, por parte de Málaga; Juan Alberto Belloch por Zaragoza; Odón Elorza, por San Sebastián…).
Los nervios aumentaron en la larga intervención del presidente del jurado, Manfred Gaulhofer, que destacó la dificultad que ha supuesto la selección de los proyectos finalistas por el rigor con que las ciudades han desarrollado sus candidaturas. Así, el jurado estimó necesario ampliar la cuota de aspirantes finales a seis, la lectura de cuyos nombres generó el momento de mayor intensidad emocional de la tarde. Córdoba fue la segunda en la relación, detrás de Burgos.
Primera sorpresa: Cáceres, una de las ciudades que más tiempo llevaban trabajando y que más entusiasmo habían mostrado por la Capitalidad, se quedaba fuera. Siguieron Donosti (San Sebastián), Las Palmas de Gran Canaria, Segovia y Zaragoza. Durante unos segundos, una aleación de alegrías, lamentos, estupores y alguna confusión se expandió por el auditorio. Santander, a quien todos los pronósticos situaban como una de las favoritas, también quedaba excluida. En el caso cordobés se miraba de reojo a Málaga, cuyo adiós abre las puertas a un apoyo sin ambages por parte de la Junta de Andalucía a Córdoba 2016.
Los primeros comentarios reparaban en determinadas curiosidades: la elección de tres ciudades que no han contado con apoyo autonómico absoluto (Córdoba, Segovia y Burgos), la inclusión de dos aspirantes de la misma comunidad (Castilla y León, que además ya tuvo con Salamanca una Capital Cultural de Europa) y la circunstancia de que hayan sido escogidas dos ciudades por cada uno de los días de exposición (Burgos y Córdoba intervinieron el lunes, San Sebastián y Las Palmas el miércoles y Segovia y Zaragoza ayer). En los escaños cordobeses, abrazos y sonrisas. "Hoy es el final de una etapa -declaró Ocaña pocos minutos después-, un paso significativo importante, pero a partir de mañana tenemos que empezar a planificar el trabajo de los meses que tenemos por delante".
El presidente del jurado alabó el interés de todas las aspirantes y la manera en que han sabido incorporar a sus propuestas las ideas fundamentales que estuvieron en el origen de la Capitalidad Cultural: fundamentalmente, la vertebración del continente a través de la cultura y de los intercambios entre las ciudades que lo conforman a partir de un tronco histórico y geográfico común. "El debate en el seno del jurado ha sido intenso porque todas las candidatas eran llamativas en algo", aseveró Gaulhofer, que estuvo acompañado por uno de los miembros españoles del comité de expertos, Emilio Cassinello, y Santos Castro como representante del Ministerio de Cultura. Casinello también reparó en el "excelente nivel general" de la competición y en la amplia gama de criterios y referentes que el tribunal ha manejado.
Asimismo, subrayó la originalidad de las candidatas a la hora de presentar sus proyectos, la diversidad de propuestas y la alegre circunstancia de que tantas ciudades confluyan en un objetivo tan "ambicioso" como es reforzar sus lazos con la contemporaneidad a través de la Capitalidad Cultural de Europa. "Ha sido una experiencia muy instructiva para el jurado y un ejemplo de la diversidad española", concluyó Casinello.
El reto para Córdoba es inminente. Ya se acabaron los experimentos y el trabajo a largo plazo. Dentro de nueve meses habrá otro examen y Andrés Ocaña avisó ayer de que "hay que evaluar bien los contenidos del proyecto, redefinir lo necesario e incorporar lo que falta". Para ello, la candidatura contará con un informe de los expertos en el que se mencionarán los puntos que debe reforzar. En su nueva dimensión andaluza, el proyecto cordobés quiere "integrar elementos significativos de toda la comunidad autónoma".
Ocaña tuvo palabras de agradecimiento para todas las personas que han colaborado con la candidatura y citó expresamente a su antecesora, Rosa Aguilar, en cuyo primer mandato comenzó esta aventura.
Esta conquista es valorada por Ocaña como un "incentivo" que la ciudad "necesitaba", un logro que beneficiará a los ciudadanos en términos de "autoestima". "Ya sabemos cómo es el carácter del cordobés… Esta es una buena oportunidad para sentirnos orgullosos de lo que somos y lo que tenemos", remató el alcalde cordobés.
No era menor la satisfacción que se manifestaba en todos los gestos y palabras de Carlota Álvarez Basso, cuya llegada a finales de 2008 a la gerencia de la Fundación Córdoba Ciudad Cultural sirvió para reactivar un proyecto que daba alarmantes muestras de parálisis. Entró en el auditorio con "mariposas en el estómago" y salió con la sensación de que el jurado ha sabido apreciar en todos sus perfiles el trabajo -"serio, profesional y con antelación"- realizado en Córdoba en los últimos ocho años. Eso sí, "la elección de seis ciudades complica extraordinariamente la situación" porque "en todas hay mucho entusiasmo y mucha implicación". La responsable, que comienza hoy a preparar el trabajo de los próximos meses, admitió que hubiera preferido menos rivales pero valoró el rigor mostrado por el jurado.
"Hacía muchos años que Córdoba necesitaba un impulso de este tipo", indicó por su parte el director de la oficina municipal de la Capitalidad Cultural y ex alcalde de Córdoba, Manuel Pérez, que lamentó la exclusión de Málaga, por el hecho de ser una ciudad andaluza, pero que no dudó por contra en afirmar que "ahora la Junta de Andalucía tiene que volcarse con Córdoba". Pérez cree que, entre todas las capitales aspirantes, "las que más necesitan un impulso de la categoría de la Capitalidad Cultural han sido tenidas en cuenta por el jurado".
Pérez vivió ayer momentos emocionantes porque "han sido muchos años de trabajo colectivo que ahora dan su fruto". Las delegaciones perdedoras abandonaron rápidamente el museo. Las ganadoras consumaron su primer rato de celebración en un área de la segunda planta o en la cafetería. No hubo mucho contacto entre unas y otras.
Comienzan ahora nueve meses en los que las supervivientes deberán dar forma definitiva a sus proyectos, afinar las cuestiones más flojas, incorporar una propuesta más detallada sobre las iniciativas previstas para 2016, recibir a los expertos y pasar el examen definitivo.
De momento, el sueño en todas ellas se alarga nueve meses más, el plazo de un curso escolar o un embarazo. Serán meses intensos y será una elección vibrante entre seis ciudades en pugna por fortalecer su dimensión en el mapa europeo a través de la cultura. Es el reto de Córdoba. La aventura continúa.
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