“No debemos ser complacientes con las supuestas libertades que tenemos”

Cristina Morales. Escritora

La autora granadina ha logrado el último Premio Herralde de Novela con ‘Lectura Fácil’, una obra que presenta este domingo en la Feria del Libro y en la que hace protagonistas a cuatro mujeres con discapacidad

La escritora Cristina Morales, ganadora del último Premio Herralde de Novela.
La escritora Cristina Morales, ganadora del último Premio Herralde de Novela. / Efe

La escritora Cristina Morales (Granada, 1985) vive un “momento dulce” de su carrera tras ganar el Premio Herralde de Novela con su obra Lectura Fácil y haber concretado su proyecto de danza Iniciativa Sexual Femenina, una compañía formada por tres bailarinas y coreógrafas que está girando con Catalina.

“Socialmente la literatura y la danza se ven muy alejadas entre sí y ha sido como un milagro que yo vea unificadas estas dos pasiones y sienta cómo se alimentan, cómo la danza ha llegado a mi escritura y cómo mi escritura alimenta la danza”, señala Morales.

Este domingo presenta en la Feria del Libro (19:00) esta novela en la que hace protagonistas a cuatro mujeres con discapacidad intelectual en una Barcelona de okupas, desahucios y una cultura de lo políticamente correcto.

–¿Qué intención tenía al escribir esta novela? ¿Qué quería que percibiese el lector?

–Para mí está siendo muy sorprendente lo que percibe el lector y que a veces se escapa de las propias intenciones de una. Yo no estoy muy segura de mis intenciones cuando empiezo a escribir la novela; simplemente trato de escribir la mejor novela que sea capaz de escribir en el presente. Esto es, la que más me satisfaga a mí como lectora, escribir algo que se parezca a lo que a mí me gusta leer. Creo que los autores que hablan de lo que conocen bien tienen la oportunidad de ser críticos desde adentro. Eso es lo que yo me he permitido.

"Los autores que hablan de lo que conocen bien tienen la oportunidad de ser críticos desde adentro"

–Retrata a dos colectivos que ahora mismo están en plena lucha por la igualdad social, las mujeres y las personas con discapacidad.

–No creo que sean colectivos. Parece que hay colectivos de todo excepto de hombres, blancos, sin discapacidad, de clase media y heterosexuales. La retórica de los colectivos no la comparto para nada. Desde mi punto de vista no me he acercado a ningún colectivo, sino a fenómenos protagonizados por personas que intento retratar, catalogándolas en función de sus diferencias con respecto al modelo patriarcal. Sí podía ser una de mis intenciones romper con la retórica de los colectivos frente a aquello único que no es colectivo, el modelo patriarcal.

–¿Por qué cree que está tan poco tratado el tema de la discapacidad, ya no solo en la literatura, sino en las artes en general?

–El término discapacidad es un eufemismo que viene a señalar una realidad incómoda que este eufemismo ha cambiado a lo largo del tiempo. Para los griegos era el idiota, ha sido el tonto del pueblo y hasta hace poco subnormal y minusválido eran los términos médicos. Discapacitado ya está hasta viejo, ahora se dice persona con diversidad funcional. Si es poco abordado es porque es una realidad profundamente incómoda. La propia palabra se ha transformado sin que la realidad lo haya hecho. Esa incomodidad hace que no ya el arte, sino cualquiera de nosotras en nuestro día a día, cuando nos relacionamos, intentemos evitar el tipo de ambientes en los que están estas personas recluidas.

Cristina Morales.
Cristina Morales. / Efe

–¿Se ha basado en historias reales para esta novela?

–Me parece que eso es muy poco importante para juzgar la novela.

–Hace años que vive en Barcelona. ¿Cómo ha influido la ciudad en su escritura?

Lectura Fácil es la novela de mi paso por Barcelona, no hubiera escrito lo que he escrito si no viviera donde vivo. Es fruto del modo en el que yo he moldeado mis vivencias.

–¿Cómo ha conseguido darle la vuelta a la historia para abordar temas como la discapacidad, los desahucios y ocupaciones desde el humor?

–Nunca fue premeditado para producir momentos cómicos. Creo que la comicidad surge de la mera descripción de realidades muy incómodas y también de algo que he descubierto recientemente, que es de la contraposición: el contraponer el lenguaje burocrático del poder (el de la jueza, las psicólogas, las trabajadoras sociales) con el lenguaje que no es el del poder, el más coloquial, más vulgar. Eso da mucha risa.

–¿Por qué ese título?

–Hace referencia al método de la Lectura Fácil, pensado para personas con lo que la asistencia social llama dificultades lectoras. Era un guiño.

"El término 'discapacidad' es un eufemismo que viene a señalar una realidad incómoda"

–En esta novela, una vez más hace una crítica al poder. Retrata a una administración paternalista que incluso quiere esterilizar a una de las mujeres protagonistas.

–La administración en su tutela no es que tutele, es que reprime. Decir tutelar es un eufemismo de sustituir, controlar y someter. Que lo sea de estas personas catalogadas como discapacitadas no hace que las que no somos tratadas como discapacitadas estemos más libres de esas opresiones. En las personas que están institucionalizadas salta a la vista de un modo muy radical que nosotras no vemos porque tenemos la fantasía de la libertad. En estos personajes, que sienten la opresión de un modo tan crudo en su día a día, habría que ser muy cínico para no percibirlo.

–¿Corre más peligro nuestra libertad con las ideas que están dando ciertos partidos políticos?

–No me considero que sea libre, para nada, ni ahora ni con Vox en el Parlamento. No debemos ser complacientes con las supuestas libertades que tenemos ahora. No me gusta hablar tanto de libertad, prefiero emancipación, porque la libertad es un término muy manoseado. Para emanciparnos de opresiones diarias, constantes y cotidianas tenemos que hacerlo al margen de los partidos políticos que estén en el poder porque no se trata de derechos, son conquistas.

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