Egberto Gismonti mezcla folclore brasileño y jazz en el Gran Teatro

El intérprete y compositor tocará el piano y guitarras de diez y hasta 12 cuerdas

Egberto Gismonti actuará esta noche en el Gran Teatro.
El Día / Córdoba

13 de julio 2012 - 05:00

El folclore brasileño llega esta noche (21:00) al Gran Teatro de mano de Egberto Gismonti, uno de los guitarristas y compositores más aplaudidos y premiados de toda la historia del país sudamericano. El intérprete regresa al Festival de la Guitarra para ofrecer una actuación en la que abarcará diversos estilos musicales que transitan desde la música popular brasileña al jazz y la música docta.

Gismonti presentará un variado concierto en el que mostrará sus habilidades con la guitarra y el piano y en el que retratará su plena madurez expresiva. El maestro brasileño, que usa cuerdas de nailon para sus guitarras, ofrecerá un programa en el que usará guitarras de diez y hasta de 12 cuerdas.

El artista fusiona en su obra el mundo clásico con la música popular. Sus influencias son diversas: de la música docta (como la del compositor brasileño Heitor Villa-Lobos), de la música popular y folclórica brasileña (como las batucadas, el choro, el bossa nova, el forró, el frevo, el baião o el maracatú), del jazz (desde el bebop al jazz experimental), de la música indígena y del impresionismo (como las ideas de orquestación y armonización de Maurice Ravel).

Gismonti nació en 1947 en Carmo, Brasil, hijo de madre libanesa y padre siciliano. Comenzó a estudiar piano a una temprana edad y eventualmente viajó a París, donde estudió con el compositor Jean Barraque y Boulanger. Fue este último quien le envió de vuelta a casa para profundizar en las raíces musicales de su propia cultura para no ahogarse en los jugos de la tradición de Europa Central. "Al estudiar música brasileña", dice Gismonti, "intenté buscar una música que fuera mucho más natural que todo este tipo de material intelectual. La música dodecafónica es demasiado intelectual. Como Stockhausen, en los setenta, que se interesó en escribir música proporcional, con métrica proporcional. No tiene sentido. Toda esta clase de interpretación básica de los sentimientos viene de dentro, no de fuera o de las partituras delante de ti".

En 1973 Egberto Gismonti cambió a la guitarra de ocho cuerdas, lo que le permitió una gran variedad de acordes, líneas de bajo más flexibles y zumbidos. En 1981, se atrevió con la guitarra de diez cuerdas, en la que las cuerdas extras prolongaban el bajo, y en la actualidad llega a usar guitarras incluso de 12 cuerdas.

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