Estopa hace arder Córdoba en su gira 'Fuego'

Música

El dúo catalán triunfa en Los Califas tras brindar un recorrido por todos los clásicos de su amplia discografía durante más de dos horas de concierto

El concierto de Estopa en Córdoba, en imágenes

David Muñoz y José Manuel Muñoz en la plaza de toros de Los Califas. / Miguel Ángel Salas

Que pasen los años y tu música siga enloqueciendo a jóvenes y mayores solo está al alcance de unos pocos. Aquellos que logran que en cada una de sus canciones varias generaciones se fusionen en un sentimiento común, son quienes perduran en el tiempo y se vuelven inolvidables. Por eso, cuando los hermanos David y José Muñoz salieron al escenario de la plaza de toros de Los Califas para mostrarse por primera vez frente al entregado público de Córdoba, el fanatismo y la admiración brindaron un memorable baño de masas a este humilde y amado dúo que lleva más de 20 años entregado a la música.

Y más cuando un clásico que marcó una época en el primer disco Estopa como es Tu Calorro abrió la que fue una calurosa y muy esperada exhibición. Entre focos azules y una entrada coreada al cielo de la ciudad, que el amado grupo no pare de cantar sin ni siquiera presentarse con otro de los himnos del pop-rock español como es Vino tinto, puso el listón bien alto antes de saludar con un "¡Buenas noches Córdoba!", que fue seguido de uno de los últimos grandes éxitos de su último disco -y gira- al que da nombre, Fuego.

La plaza de toros de Córdoba llena hasta la bandera de jóvenes y adultos se dejó la voz con Tragicomedia, Vacaciones y Hemicraneal y, por supuesto, con el tema más nuevo y dedicado a otro de los clásicos musicales de este país como es Fito Cabrales y el tema que presentaron conjunto, Camiseta de Rokanrol. Y es que, ya sean de finales de los 90 o de este mismo 2022, el público acompañaba a El David y El José en cada una de las letras y perdía la noción de su existencia a la hora de entonar canciones históricas como Partiendo la pana o El último renglón.

David Muñoz sobre el escenario de Los Califas. / Miguel Ángel Salas

Si los ánimos ya estaban por las nubes, con La raja de tu falda, Estopa explotó de júbilo a todo el recinto. Y más cuanto empezaron con las rumbas y la parte con más marcha del concierto. Para los asistentes, estuvieran sobre el albero del ruedo o en las gradas sentados, fue inevitable mover los pies al ritmo de la música con Penas con rumba, El del medio de Los Chichos, Vuelvo a las andadas, Ya no me acuerdo y Yo no estoy loco; aunque cuando más euforia se desató fue en el momento en que, tras el discurso anticapitalista de David Muñoz al público, entonaron el mítico Pastillas de freno y ese Me falta el aliento que dejó a todos, valga la redundancia, sin aliento.

Del repertorio de clásicos con Fuente de energía y Un paseo, Estopa pasó a la parte más melancólica del concierto. El dúo sentado en dos butacas de bar frente al escenario -luego acompañado por el resto de la banda- y sujetando dos guitarras color rojo pasión sacó su lado más sobrio y soñador con Escúchame princesa, Demonios y Mi primera cana, esta última en homenaje a uno de sus referentes, Joaquín Sabina.

Con la coreada canción de Ojitos rojos volvieron a poner el escenario patas arriba, curiosamente, en un abrir y cerrar de ojos, cuando entonaron a pleno pulmón Cacho a cacho, otro de los temas más épicos y que no podían faltar. Y es que, pese a la infinita discografía de estos dos cantantes de Cornellá con corazón extremeño, no se dejaron ningún clásico atrás con el que hacer arder a un Córdoba entregada que acabó en todo lo alto y al ritmo de Como Camarón tras más de dos horas épicas de concierto en la que fue la primera vez que Estopa tocaba en Los Califas. La interminable ovación del público, más que merecida para este icono de la música española, fue el mejor colofón.

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