Fantasía romántica

Fantasía romántica
Antonio Torralba

14 de julio 2010 - 05:00

Programa: Johann Kaspar Mertz, 'Canción sin palabras', 'Polonesa', 'Elegía', 'Introducción y rondó brillante op. 11', 'Fantasía húngara'; Franz Schubert, 'Serenata'; Mateo Carcassi, 'Quince estudios'; Napoleon Coste, 'Les soirées d'Auteuil', 'Capricho sobre La Cachucha op. 15', 'Rondó de concierto op. 12'. Fecha: lunes 12 de julio. Lugar: Teatro Cómico Principal. Media entrada.

Excepción brillante dentro de la ausencia este año de guitarras históricas en cursos y conciertos, el lunes pudimos escuchar un precioso recital de guitarra romántica tocado en una encantadora copia de época por la solista murciana Carmen Ros.

La primera parte estuvo dedicada íntegramente a la obra del austriaco de adopción Johan Kaspar Mertz (1806-1956) y la segunda a otros dos románticos: el italiano Mateo Carcassi (1792-1853) y el francés Napoleon Coste (1805-1883).

La música de Mertz, no demasiado conocida, se escucha sin embargo con enorme interés. Llama la atención su fuerte impronta romántica, muy diferente de la de otros guitarristas más conocidos de ese período, como Carulli, Giuliani, Sor o Aguado. Además de su transcripción de la célebre Serenata de Schubert, deliciosamente interpretada por Ros, los propios títulos de las piezas de Mertz evocan la estirpe de los autores que influyeron en la música de este hombre, cuya biografía (con un envenenamiento involuntario a cargo de su esposa pianista, entre otros avatares) bien daría para una novela: Canción sin palabras evoca a Mendelssohn, Polonesa o Fantasía húngara a Chopin… La obra maestra de Mertz es Elegía, pieza que no figuraba en el programa por error, pero que Carmen Ros interpretó en tercer lugar con notable maestría y haciendo brillar las virtudes de su pequeño instrumento antiguo a la hora de cantar con diferente timbre por las cuerdas agudas. Una encantadora desigualdad que los guitarreros de la siguiente centuria sacrificarían en aras sobre todo del volumen.

Un poquito menos interesante musicalmente aunque, y a pesar de la rotura accidental de una uña, a la misma altura interpretativa, la segunda parte comenzó con una imaginativa versión de 15 de los brevísimos estudios de Mateo Carcassi y se centró en la obra de Napoleon Coste, con cuyo espectacular Rondó de Concierto op. 12 finalizó la parte oficial del recital. Luego, tras reparar en un minuto su uña quebrada, la elegante intérprete nos deleitó con dos piezas más: unas variaciones de Mertz sobre El Carnaval de Venecia y la transcripción de Tárrega de un vals de Chopin.

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