Tribuna Económica
Carmen Pérez
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Las excavaciones en las termas del Parque Arqueológico de Torreparedones en Baena no cesan y fruto de ese trabajo son los importantes hallazgos que están saliendo a la luz en las últimas semanas. Junto al plato romano y la sigillata encontrados hace apenas unos días, se une ahora el descubrimiento de una muñeca romana en el "famoso" basurero de las termas, según explicó ayer a el Día el arqueólogo municipal, José Antonio Morena.
Se trata de una muñeca que mide 23,5 centímetros; le faltan la cabeza y los brazos y parte de la pierna izquierda. Morena detalló que "los brazos y la pierna citada eran articulados y para facilitar el engarce de dichas extremidades con el cuerpo presenta pequeñas perforaciones circulares".
Asimismo, según el arqueólogo, "en la zona del ombligo tiene otra perforación que atraviesa el cuerpo y otra en la parte inferior del glúteo derecho hacia arriba". "En ambas espinillas se advierte una banda horizontal con restos de pintura de color marrón, si bien no se han indicado ni pechos ni órganos sexuales, por lo que resulta difícil determinar el sexo, aunque la mayoría de estas piezas son muñecas", advirtió.
Los niños romanos jugaban con muñecas de terracota, juguetes fabricados generalmente en barro con varios miembros del cuerpo articulados para facilitar su movimiento. Su origen parece estar en Egipto y para la época romana se han establecido sus precedentes más inmediatos en el mundo griego y helenístico.
Aunque se conocen ya desde el siglo I d. C., se pusieron de moda, sobre todo, a partir del II, proliferando entre los siglos III-IV. Se han venido interpretando como juguetes infantiles, incorporados a los ajuares funerarios como emblemas de la niñez, aunque también pudieron usarse como exvotos.
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