Jaralta y Ponce hacen historia en Montoro

El valenciano indulta al cuarto y Finito corta dos orejas en una tarde que concluyó con el mayoral a hombros

Enrique Ponce, que demostró una tarde más su madurez, traza un muletazo con la mano derecha.
Salvador Giménez / Montoro

13 de octubre 2008 - 05:00

FERIA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE MONTORO

Corrida para la historia en el coso de Montoro. Difícilmente en estos tiempos que corren se presencian corridas con los argumentos de la celebrada en la tarde de ayer. Todo porque la materia prima de la corrida, el toro, estuvo presente. Gran corrida la enviada por Jaralta que mantuvo la atención de todos. Tanto de los profesionales como de los espectadores y también del aficionado. Corrida en tipo, enrazada para bien o para mal, con movilidad, casta y hasta bravura. Ahora vendrán los puristas a discutir si lo acontecido en el ruedo de la plaza montoreña fue de verdad o un espejismo, pero lo cierto es que ojalá festejos con el resultado del de ayer se prodigaran más. Indiscutiblemente esto es lo que hace afición a nuestra fiesta.

Los toreros estuvieron a la altura. Ponce se mostró en su primero en su línea. Magistral y con suma facilidad, hilvanó un trasteo de buen gusto y tono. Mejor en los muletazos con la diestra y en los adornos. Pero lo mejor vino en el cuarto. Ponce se rompió, y cómo. Tras un estético y a la vez poderoso inicio genuflexo, vino el toreo de verdad. Limpio, puro y sobre todo de verdad. Muletazos de arriba hacia abajo y de adelante hacia atrás. Tras un airoso 'tresenuno' surgió un Ponce relajado, con los riñones encajados y rompiéndose en cada muletazo. Dos circulares inversos en posición genuflexa rematados con un soberbio cambio de mano fueron la locura. El público vibraba en los tendidos. El toro que fue de menos a más, muy ayudado por el de Chiva, no paraba de embestir con gran clase. El público y el espada solicitaron el indulto. El pañuelo naranja no tardo en asomar en el palco. Ponce y un toro de Jaralta escribieron una página para la historia en Montoro.

Finito estuvo importante en su primero. Un toro con una movilidad y una raza fuera de lo normal. Juan Serrano fue domeñando al animal para terminar toreándolo a placer en muletazos largos y templados. El toreo que enamora al público surgió una vez más de las muñecas del torero de El Arrecife. Los adornos fueron de gran plasticidad. Importante Finito en su última tarde de la presente temporada. En su segundo, con un público que antes se había vaciado con Ponce, volvió a torear como sólo él sabe hacerlo. Faena importante ante un toro que se había quebrantado mucho en un largo puyazo. Lástima que en esta ocasión la espada, una vez más, le privase de un triunfo mayor, pero decir que el toreo de calidad de Finito quedó en la retina de los asistentes y en el dorado albero del coso de Montoro.

David Valiente está muy nuevo. No por ello desmereció de sus compañeros. El iliturgitano no se amilanó por estar acartelado en su segunda corrida de toros con dos figuras del torero. Valeroso en los recibos capoteros en sus dos toros. Hasta tres faroles de rodillas le dio a su segundo. Con la tela roja dos faenas de concepto muy similar. Siempre muy de verdad y entregado, David Valiente, logró tandas meritorias con ambas manos evidenciando que no quiere ser uno más en este difícil mundo del toreo.

Para terminar, una reflexión. ¿Qué pasó para que con un cartel de postín tan pocos acudieran a la plaza? ¿Acaso no hay afición en Montoro? Es increíble que sólo medio aforo se cubriese; eso sí, los que fueron disfrutaron de una gran tarde de toros. Los que se quedaron en casa o en la feria, ellos se lo perdieron.

4 Comentarios
Ver los Comentarios

También te puede interesar

Las ciudades y los libros

Túnez: un delicado equilibrio

Lo último