José Antonio Rodríguez, un viaje entre lo íntimo y lo expresivo
El guitarrista cordobés publica el 3 de mayo 'Adiós muchachos...', un álbum en el que parte del flamenco para explorar nuevos caminos musicales.
La música por encima de los géneros, la expresión por delante de la técnica. Porque género y técnica se dan a estas alturas por asumidos y dominados, mientras que la música y la expresión son siempre territorios por conquistar. José Antonio Rodríguez es un aventurero para el que cada disco supone un desafío en una dirección distinta de su última ruta. Ahora presenta Adiós muchachos..., un álbum integrado por 12 temas de composición propia (y producido por él con la colaboración de Domi Serralbo y Jordi Cristau) que estará a la venta a partir del 3 de mayo.
"Como siempre", señala el cordobés, "el objetivo era hacer algo diferente a lo anterior. Anartista fue un disco de colaboraciones, con cantantes principalmente, y ahora he intentado hacer algo distinto que primero me sorprendiera a mí, un trabajo basado en la guitarra flamenca pero pensando en la música por la música, un disco sin concepto en el que lo más especial para mí es su carácter intimista, no tanto en la formación de músicos acompañantes, que aun así es pequeña -entre ellos, el flautista Domingo Patricio, el batería Dani Moreno y Manuel Montero y Chico Gallardo como segundas guitarras-, como en la forma de expresar. He intentado desligarme del guitarrista para que la música vaya por encima".
"Ser guitarrista obliga mucho a tener presente una técnica, una forma guitarrística de ver la música, así que yo he intentado en este caso hacer un disco mucho más expresivo, en el que si tengo que sacrificar la técnica, tal y como la conocemos, por la expresividad, lo hago. Es un disco que no planteé grabar, pero finalmente me puse hace un año a grabarlo por gusto. La música que hay es la que sentía en ese momento, y ahora que lo he terminado ya siento otra ", explica el ganador del premio Ramón Montoya en el XI Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, en 1986.
Adiós muchachos... arranca con la rondeña Athena y despliega una amplia gama de palos: "Llevaba un par de discos que no eran de estilos de flamenco y en este caso casi todos los temas se corresponden con estilos, si bien hay algunos no clasificables. Esta obra es un guiño a Manhattan de la Frontera -publicada en 1999-, en la que intentaba unir de manera natural estilos diferentes como aquella bulería con la música tipo Manhattan Transfer. En este caso he hecho un poco eso, pero con música brasileña, en el tema más complicado del disco", As favelas do meu Lebrija. "Es algo que no suelo hacer a menudo porque no es fácil, pero cuando lo consigo, de higos a brevas, queda bien". Una pieza en la que canta José Valencia.
El quinto corte es El regalo, en el que la guitarra de Rodríguez dialoga con la de Víctor Monge Serranito: "Era una asignatura pendiente. Víctor es uno de los mejores guitarristas flamencos de la Historia y amigo mío desde hace muchos años. Creo que ha sido muy maltratado por la memoria flamenca. Tenía pendiente el reto de que estuviera conmigo en algún disco. Yo en principio en este álbum no quería colaboraciones, pero al ser algo tan personal tenía que estar. Es una de las cosas que mejor me hacen sentir de este disco. Un gran guitarrista de la generación de Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar. Tristemente, en el flamenco la memoria se pierde rápido".
Calahorra, Manhattan de la Frontera, Córdoba... en el tiempo y Anartista son algunos de los títulos del artista, que ahora se decanta por Adiós muchachos...: "Siempre me gusta darles vueltas. Aquí se podría pensar que lo hago para parafrasear a Gardel, pero no es el caso. Adiós muchachos es el último tango que cantó Gardel antes de matarse. En Argentina es un tema que da yuyu, no se puede nombrar. Es una frase hecha, como 'hasta luego, Lucas', que utilizo un poco para decir que toco lo que quiero. No es una despedida sino una forma de desligarme del guitarrista para preferir la música y la expresividad por encima de todo. Muchachos engloba la guitarra, la gente... Es una forma de quitarme esos complejos de guitarrista que todos tenemos y despegarme del estereotipo de guitarrista flamenco, que no es que sea malo, pero ya lo conozco y necesito otra cosa".
El calendario de conciertos de Rodríguez para los próximos meses es, más que de presentación de esta obra, "de presentación del concepto". Málaga en mayo y Madrid en junio serán dos de las primeras citas. "Quiero separar el disco de la gira que ya estaba planteada, que se llama Manhattan de la Frontera, pero en realidad son dos obras que tienen rasgos comunes. Tocaré evidentemente algunos de los temas nuevos". Pasará por Córdoba en fecha por concretar.
Se cumplen 20 años de aquel triunfo en el Nacional de Córdoba (ya por entonces había triunfado en La Unión y tenía el título de profesor oficial de guitarra flamenca del Conservatorio Superior) y José Antonio Rodríguez sigue proyectándose como una figura de referencia de un instrumento con el que continúa abriendo caminos insólitos.
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