La Junta estudia organizar visitas al Salón Rico de Medina Azahara mientras concluyen las obras de restauración

Cultura

La denominada sala de Abderramán III lleva cerrada al público desde 2009

El Salón Rico de Medina Azahara recupera su grandiosidad con la restauración de la fachada

Obras en el Salón Rico de Medina Azahara. / El Día

El Salón Rico, la joya de la corona del conjunto arqueológico de Medina Azahara, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, está a la espera de ser visitable. La fecha estaba fijada: a lo largo de 2023, aunque la Junta de Andalucía lo traslada ahora a finales de año o principios de 2024. Mientras llega el momento, y tras casi una década de un laborioso complejo de restauración que arrancó en 2013, la administración autonómica estudia ahora organizar algunas visitas guiadas mientras se llevan a cabo las obras.

Así lo ha anunciado el delegado de Gobierno de la Junta en Córdoba, Adolfo Molina, en un balance de las actuaciones a lo largo de 2022 y los proyectos que la administración espera finalizar este 2023. Entre los proyectos pendientes destaca la apertura al público del Salón Rico, que está a la espera además de la firma de un nuevo convenio con la World Monuments Fund, que colabora en su recuperación, y cuyo presupuesto supondrá más aportación económica para esas obras. La firma será "inmediata", según han detallado desde la Junta este 10 de enero.

El Salón Rico lleva cerrado al público desde 2009. La denominada sala de Abderramán III constituye la parte más valiosa de todo el conjunto arqueológico, tanto por su calidad artística como por su importancia histórica, y es considerado sin discusión alguna como el auténtico símbolo y emblema de todo el conjunto califal de Medina Azahara.

La construcción duró tan solo tres años, tal y como los investigadores han podido averiguar por las inscripciones epigráficas aparecidas en las basas y pilastras de su interior, que aportan una cronología que va del año 953 al año 957. Por otro lado, la brevedad cronológica y la efímera vida de Medina Azahara aseguran un conjunto decorativo y arquitectónico muy unitario, lo que permite admirar en este recinto, sin añadidos posteriores, el arte califal omeya del reinado de Abderramán III en todo su esplendor.

La restauración ha sido en esencia la composición de un gran puzzle para la reposición del ataurique o elemento decorativo vegetal, motivo predominante en el califato. En el caso de la fachada, que ha centrado la última fase, primero se colocan los fragmentos aparecidos en la excavación y, después, las piezas que se han elaborado manualmente copiando las formas decorativas de las originales. Los arqueólogos han tenido que recomponer miles de fragmentos decorativos aparecidos desde las primeras excavaciones en 1940, a cargo del arquitecto Félix Hernández, sobre un edificio muy mutilado.

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