Maribel Verdú y Aitana Sánchez-Gijón, rivales en la obra teatral 'Un dios salvaje'

Tamzin Townsend dirige en el Teatro Alcázar la versión de la obra de Yasmina Reza adaptada por Jordi Galcerán

Las dos actrices, en un ensayo de la obra.
Las dos actrices, en un ensayo de la obra.
Efe / Madrid

01 de octubre 2008 - 05:00

Vive su mejor momento profesional en el cine y ahora Maribel Verdú regresa a las tablas rodeada de grandes nombres del teatro actual en Un dios salvaje, versión de Jordi Galcerán de la obra de Yasmina Reza que dirige Tamzin Townsend y en el que la actriz pelea sobre el escenario con Aitana Sánchez-Gijón.

Al igual que Arte -la obra más conocida de Yasmina Reza-, Un dios salvaje se inicia a partir de una anécdota para luego llegar a cosas más grandes, explicó ayer la directora británica Tamzin Townsend acerca de esta obra que llega el viernes al Teatro Alcázar de Madrid, donde tiene previsto estar hasta el próximo mes de enero.

El encuentro en principio educado entre dos matrimonios que tienen que hablar acerca de la pelea de sus hijos en un parque se complica de forma paulatina en esta comedia "de lo más inteligente y de los más negra, y con un punto cruel", apunta Townsend.

Cuando la reciente ganadora de la Medalla de Oro de la Academia de Cine de España, Maribel Verdú, acudió junto a su marido, el productor teatral Pedro Larrañaga, a ver el montaje parisino del texto original de Yasmina Reza, pensó inmediatamente compartir este proyecto con Aitana Sánchez-Gijón, con quien tenía una cita pendiente en el teatro.

Los actores que acompañan a las dos protagonistas son también dos habituales de la escena teatral española, Pere Ponce y Antonio Molero, en este montaje que han protagonizado Isabelle Hupert en París y Ralph Fiennes en Londres y que "muestra sin concesiones a todos sus personajes como seres insatisfechos", apunta la directora de su versión española.

El personaje de Verdú "no es lo que aparenta. Parece tímida y sumisa ante su marido pero pronto saca sus demonios internos y sus bajos instintos, y vomita todo lo que tiene dentro desde hace años", explica la actriz.

El de Sánchez-Gijón, apunta también Verdú, "es directamente lo que aparenta". Una mujer "que se siente moralmente superior al resto del mundo y que hace gala de una cultura y una tolerancia intachables".

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