Miles de personas piden en Madrid la "dignificación de la cultura"

La plataforma organizadora solicita que se garantice el acceso a la cultura a toda al ciudadanía y la bajada del IVA, entre otros

Varias personas tocan la batería frente a la Biblioteca Nacional, en el Paseo de Recoletos.
Efe Madrid

10 de marzo 2014 - 05:00

Miles de personas salieron ayer a la calle en Madrid para participar en el acto Todos somos cultura, una "fiesta reivindicativa" en la que cientos de artistas de diversas disciplinas -música, cine, teatro, danza, circo, artes plásticas y literatura-exigieron la "dignificación de la cultura". El acto estuvo organizado por la Plataforma en Defensa de la Cultura, una asociación que reúne a más de 80 asociaciones y que, entre otras cuestiones, se opone a la privatización de espacios culturales de uso público, pide la rebaja del IVA cultural y que se garantice el acceso de la cultura a toda la ciudadanía.

Según uno de los organizadores y portavoz de la plataforma, Fernando Martín, la cultura española se encuentra en una situación "dramática" y por eso apuntó que el acto de hoy es "una llamada de socorro por parte de una cultura que, visto lo visto, corre serio riesgo de desaparecer".

"La cultura es el elemento vertebrador de una sociedad y lo que hace que el ser humano sea libre, completo y tenga sentido crítico", afirmó Martín, quien consideró necesario organizar eventos como éste para acercar esta cultura a la ciudadanía.

El programa se desarrolló en el Paseo de Recoletos de Madrid, donde familias y ciudadanos, acompañados por el buen tiempo, pudieron disfrutar de una gran variedad de actividades, como conciertos de música clásica, rock o hip-hop, espectáculos de magia y de circo, o performances artísticas y teatrales.

Un coro de mil voces entonando el Va pensiero, de la ópera Nabucco de Verdi, en un escenario frente a la madrileña Puerta de Alcalá, puso el punto final a esta fiesta callejera en la que participaron unas 40.000 personas, según la organización.

La elección del conocido como Coro de los esclavos de Verdi simboliza "la preocupación por nuestro país y la lucha en defensa de la cultura", explicó el humorista Juan y Medio, el cual ejerció de presentador del acto. El cantante Miguel Ríos y la soprano Pilar Jurado, junto con el niño Miguel Martín y la joven actriz Ester Gotor, fueron los encargados de leer un manifiesto en el que exigieron la rebaja del IVA cultural, la no privatización de los espacios culturales de uso público y una oferta cultural accesible y de calidad.

"Debe reconocerse el derecho universal de acceso a la cultura como uno de los pilares de la construcción de una sociedad más igualitaria y participativa", señaló el manifiesto, el cual recordó que el sector cultural tiene una gran proyección "pública y ciudadana", además de económica.

"Los sucesivos gobiernos, lejos de fomentar el desarrollo de este derecho público, han impulsado patrones culturales que fomentan la separación entre cultura y sociedad", añadió el documento.

Que la enseñanza de las artes no desaparezca de las escuelas, la protección del patrimonio histórico y cultural, y la participación de representantes del sector como interlocutores en la elaboración de las leyes que les afectan son otras de las reivindicaciones planteadas.

Una de las actuaciones que levantó más expectación fue la de Kiko Veneno, que cantó algunos de sus clásicos, como Te echo de menos o Volando voy. "Es un día en el que se toma la calle para la música, el arte y todo este tipo de profesiones que se empeña el sistema en decir que son inútiles, que nos quieren mutilar y cortar toda posibilidad de desarrollo", señaló el cantautor catalán.

El actor Gonzalo de Castro también apoyó el acto con su presencia y aseguró que "hay que salir a la calle para que se nos escuche, se nos respete y para que este Gobierno entienda que la cultura es una forma de expresión que no debe faltar".

En otro escenario estaban los músicos de calle, a los que desde hace unos meses en Madrid se les exige un carné para poder tocar, y en otro los bibliotecarios, que denunciaron el cierre de bibliotecas públicas y la falta de presupuesto para nuevas adquisiciones. "Quienes más sufrimos la crisis somos las humanidades, consideradas menos rentables", indicó Javier Baena, catedrático de Historia y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid. "El recorte de becas para los postgrados plantea una perspectiva negrísima", añadió.

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