Muere Maximilian Schell, actor europeo en el Hollywood clásico
El intérprete austriaco, que tenía 83 años y también fue director, ganó un Oscar en 1961

El actor austriaco Maximilian Schell, fallecido ayer a los 83 años, es uno de los intérpretes no anglófonos que más éxito tuvieron en la época dorada de Hollywood, donde su papel de abogado defensor en Vencedores o vencidos fue recompensado con el Oscar en 1961.
Schell murió en una clínica de la ciudad austriaca de Innsbruck a causa "de una repentina y grave enfermedad", explicó en un comunicado su representante, Patricia Baumbauer. El mundo del cine y el teatro en lengua germana llora la desaparición de un actor que triunfó en la meca del cine, junto a otras leyendas de la interpretación como el francés Maurice Chevalier o el italiano Marcello Mastroianni.
Schell fue definido ayer por el ministro austriaco de Cultura, Josef Ostermayer, como "uno de los actores más grandes en lengua alemana".
"Ha muerto una estrella mundial, un cosmopolita, un intelectual y un filántropo", señaló el Festival de Salzburgo, donde Schell participó varias veces como actor teatral.
Nacido en 1930 en Viena, Schell emigró a Suiza junto con su familia en 1938, tras la anexión de Austria por la Alemania nazi, y obtuvo en 1961 el Globo de Oro y el Oscar al mejor actor protagonista por su papel en Vencedores o vencidos, una cinta en la que encarnó al abogado defensor Hans Rolfe.
El clásico del director Stanley Kramer recrea un juicio contra cuatro jueces alemanes que utilizan su poder para llevar a cabo las políticas raciales nazis durante el III Reich. Schell compartió protagonismo con actores como Spencer Tracy, Burt Lancaster, Richard Widmark, Marlene Dietrich, Judy Garland y Montgomery Clift.
El primer papel con el que alcanzó fama internacional fue el de El baile de los malditos, de 1957, junto a otros gigantes de la actuación como Marlon Brando y Montgomery Clift. Ambas películas tenían una temática vinculada con el nazismo y la Segunda Guerra Mundial, algo que se repetiría en su filmografía, a pesar de que era conocida la profunda repulsa que le causaba el nazismo.
Schell creció en una familia de tradición intelectual -era hijo del poeta y escritor suizo Hermann Ferdinand Schell y la actriz austriaca Margaret Noe Von Nordberg- y descubrió a una edad muy temprana su vocación por la actuación. A principio de los años 50 decidió seguir los pasos de su hermana mayor, María, y su hermano Carl, haciendo su debut en el teatro en 1952.
Por esa época su hermana Maria Schell ya era una estrella de cine y había ganado el premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes de 1954 por su interpretación en El último puente.
Después de lograr el éxito en el cine y la televisión en lengua alemana, dio el salto a Hollywood, donde consiguió pronto el aprecio del público y la crítica con sus primeras actuaciones.
Schell logró otras dos nominaciones al Oscar, una como mejor actor por El hombre de la cabina de cristal, en 1976, y otra al mejor actor de reparto por Julia, en 1978. Como intérprete participó también en más de 90 películas, entre ellas Topkapi, La cruz de hierro y La epopeya de Bolívar, y también fue productor y director de cine.
Como realizador, la Academia estadounidense también reconoció su talento con la nominación como mejor película extranjera de El primer amor y El peatón, así como del documental que rodó sobre la actriz Marlene Dietrich en 1984, titulado Marlene.
El talento de Schell no se reducía al cine y el teatro y tuvo también gran éxito como pianista, una faceta que fue elogiada por grandes directores como Claudio Abbado, recientemente fallecido, y Leonard Bernstein. Además, en el año 1997 probó suerte en la literatura con la novela El rebelde.
El actor se casó el pasado 20 de agosto con la cantante de ópera Iva Mihanoic, de 35 años de edad, que le acompañó en sus horas finales.
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