Muere a los 87 años Miguel Salcedo Hierro, memoria latente de Córdoba
El académico representó un papel fundamental en el desarrollo de las enseñanzas artísticas superiores en la ciudad de la que fue cronista oficial · Impulsó y dirigió la Escuela Superior de Arte Dramático

Vivió Córdoba como algo que formaba parte de su más íntima naturaleza. Algo propio, físico, inseparable. Córdoba como experiencia y conocimiento, hogar y misterio, alumbramiento y secreto. Ayer murió Miguel Salcedo Hierro, cronista oficial de la ciudad desde 1989, articulista, conferenciante, escritor y director teatral, académico y entre cuyos logros figura de manera subrayable la puesta en marcha de los estudios de Arte Dramático en Córdoba, en 1947. Sufrió un derrame cerebral el 3 de mayo que le dejó graves secuelas y ayer no pudo superar una crisis. Será enterrado hoy a partir de las 17:30 en la iglesia de la Trinidad. Tenía 87 años.
Salcedo escribió sobre arte y gastronomía, monumentos y fiestas. Fue pregonero en varias ocasiones de la Semana Santa de Córdoba, la Romería de Santo Domingo y la Romería de la Virgen de Linares. Recibió multitud de reconocimientos entre los que destacan el Premio Nacional de Gastronomía, el premio turístico Everest, la Medalla de Oro de la Ciudad de Ceuta y el Potro de Oro de la Federación de Peñas Cordobesas. Asimismo, era socio de honor del Real Centro Filarmónico Eduardo Lucena. El Ayuntamiento, según informó ayer el alcalde, Andrés Ocaña, le dedicará un pleno en próximas fechas.
Uno de los últimos homenajes a Salcedo Hierro en su ciudad tuvo como marco, en 2007, la Escuela Superior de Arte Dramático, que incorporó su nombre al de la institución para sellar y prolongar una relación inquebrantable. Salcedo, catedrático de Interpretación, impulsó el desarrollo de los estudios teatrales en Córdoba a finales de los años 40 y fue el principal artífice de la separación de la Escuela de Arte Dramático del Conservatorio Profesional de Música. La Escuela como entidad autónoma inició su andadura en 1980, con Salcedo como director, cargo que ocupó hasta su jubilación, en 1988.
A partir de su designación como cronista oficial, la figura de Salcedo se convirtió en una de las más populares de la sociedad cordobesa. En la provincia tuvo una relación cercana con localidades como Moriles y Baena, donde pregonó, respectivamente, las fiestas del Rosario y la Exaltación del Tambor y del Bombo.
Salcedo Hierro era el miembro más antiguo de la Real Academia de Córdoba, donde ingresó en 1966. Entre sus publicaciones relacionadas con la gastronomía figuran La cocina andaluza, La cocina familiar antigua y Comer y beber con el refranero. El Alcázar de los Reyes Cristianos, El museo de Julio Romero de Torres, Córdoba en color y La Mezquita-Catedral de Córdoba: templo universal, cumbre del arte, vivero de historias y leyendas son algunas de las obras que dedicó a la ciudad en la que nació y vivió y con la que llegó a una fusión perfecta.
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