El Museo de Bellas Artes, núcleo generador del esqueleto cultural de Córdoba
Cultura
La pinacoteca tiene expuesta alrededor del 5% de sus 5.000 obras entre pinturas, grabados y esculturas
Córdoba celebra el Día Mundial del Arte, en imágenes
Dos grandes exposiciones enfrentarán a Romero de Torres con Zuloaga, Albert Gleizes o Juan Gris en Córdoba
El Museo de Bellas Artes de Córdoba, que este domingo 14 de abril ha celebrado el Día Mundial del Arte, ha sido el núcleo generador del esqueleto cultural de la ciudad, ya que de su seno han salido las principales instituciones de este ámbito.
El Museo Arqueológico, la Real Academia, la Biblioteca Provincial, el Conservatorio de Música o la Escuela de Artes y Oficios partieron alrededor de la segunda mitad del siglo XIX de la actividad del edificio.
En su origen fue Hospital de la Caridad, fundado hace quinientos años, un inmueble que hoy comparten el Bellas Artes, gestionado por la Junta de Andalucía, y el Museo de Julio Romero de Torres, de titularidad municipal.
"Es el museo más antiguo que tiene Córdoba, el primero de todos, y es el punto de partida de instituciones culturales cordobesa que hoy tienen andadura propia", ha destacado a EFE Victoria Fernández de Molina, licenciada en Historia por la Universidad de Córdoba a la que el Bellas Artes le ha encargado dirigir este domingo la visita guiada con motivo del Día Mundial del Arte, que se celebra el 15 de abril.
El director de la pinacoteca, José María Domench, por su parte, ha explicado que la iniciativa tiene "el fin de concienciar a las personas sobre la importancia del arte y la necesidad de promover su desarrollo, difusión y promoción mediante la realización de actividades en los museos y otras instituciones culturales".
Para ello, Victoria Fernández de Molina ha partido la visita, Descubriendo el arte, explicando a las cerca de treinta personas que le han acompañado la visión "del museo como edificio heredado, el origen arquitectónico como antiguo hospital, que tiene sus ventajas y sus inconvenientes, sus quinientos años de andadura".
Instituciones consolidadas
A su juicio, según ha concretado, todas las instituciones que salieron del Bellas Artes hacen que el museo se haya consolidado en la historia como "todo un germen, una semilla cultural". De hecho, todas ellas perduran en la actualidad.
La guía ha afirmado que "el objetivo también de esta actividad es siempre hacer accesibles y cercanos los fondos, que no sea un espacio distante, sino todo lo contrario, que estés identificado con lo que estás viendo, que te guste, que lo disfrutes, que te genere impresiones positivas". De ahí, que "uno de los grandes criterios que está siguiendo el museo es conectarse con la ciudad, o sea, encontrar la presencia del museo y de sus obras en la ciudad".
Para ello desarrolla un programa desde la dirección de la pinacoteca de exposiciones temáticas que "ha sido una excusa perfecta para visitar, para ir al museo como punto de encuentro, como reclamo y, desde ahí analizar, la obra de un autor y luego buscarlo en otras realizaciones suyas en la ciudad, como con Verdiguier y Valdés Leal".
Pero más allá de haber sido el germen de los principales centros cordobeses desde hace más de un siglo, el Museo de Bellas Artes tiene un valor patrimonial como edificio y otro como pinacoteca hoy día. De "la huella medieval del hospital", recuerda Victoria Fernández de Molina, "nos queda la escalera, el artesonado, las pinturas murales y la puerta que da a la plaza", por lo que entiende que "hay que reivindicar ese valor patrimonial".
Del valor de sus colecciones solo hay que evaluar que tiene expuesto alrededor del 5% de sus 5.000 obras entre pinturas, grabados y esculturas, principalmente, ha subrayado la responsable de la visita.
Para resolver este problema de espacio, la institución cultural organiza exposiciones temporales, lo que permitir "invitar a que se visite con frecuencia, ya que se va a encontrar siempre un aliciente y siempre se van a encontrar obras, digamos, nuevas".
El papel de Enrique Romero de Torres
También ha destacado el papel que en la configuración actual del Bellas Artes cordobés tuvo Enrique Romero de Torres (Córdoba, 1872-1956), director del museo durante 28 años y cuya figura considera eclipsada por la de su padre, Enrique Romero Barros, del que heredó la dirección, y la de su hermano Julio, el más famoso pintor de la familia.
A Enrique Romero de Torres, recuerda, se debe la salida de las dos últimas secciones que quedaban en el edificio del Hospital de la Caridad, la de arqueología y la de música, para adquirir personalidad propia, la recuperación de la parte medieval del inmueble y las pinturas murales de la escalera, además de adquirir unos solares de casas adyacentes "para intentar, en la medida de lo posible, ampliar un poco el espacio".
Un problema de dimensión que el museo padece aun décadas después. Este domingo, durante la visita, al entrar en la sala II, ha recordado como a él se debe la presencia en el museo de los dos fragmentos de pinturas de las que más antigüedad se conservan en Córdoba, sendas cabezas de la Virgen y de Cristo, datadas en el siglo XIV y recuperadas por Enrique Romero de Torres después de que fueran descubiertas en 1880 durante las obras de reintegración a su fisonomía islámica de la Capilla de Villaviciosa de la Mezquita-Catedral.
"Esta familia se merece un homenaje, un edificio dedicado a ellos", señala al grupo la guía para poner en valor el trabajo de una saga del que este 2024 se celebra el 150 aniversario del más famoso de todos, Julio Romero de Torres.
No hay comentarios