El salto con pértiga a la poesía de Natalia Velasco

“Hay que darle una oportunidad a la poesía”. Es lo que sostiene Natalia Velasco (Málaga, 1998) y ganadora de la octava edición de UCOpoética (2019), en cuyo fallo se destacó “su frescura en el uso del lenguaje y su ingenio en la construcción de los poemas, en los que destacan elementos como el ritmo y el humor”.

Estudiante de Traducción e Interpretación de inglés y griego moderno en la Universidad de Málaga, la joven ha ofrecido una lectura de poemas en la tercera jornada del Festival Cosmopoética junto a Laura Casielles (Pola de Siero, Asturias, 1986), autora de los libros de poemas Soldado que huye (Hesperya, 2008) y señala que la poesía “no tiene que hacer ninguna concesión para llegar al público”. Y si el sábado Isabel Bono confesaba que acudía a la cita con las letras como fan, la joven malagueña reconoce que también llega así y “muy ilusionada, porque lo más que he leído en público ha sido en dos bares”.

Velasco confiesa también que llegó a la poesía “por un bloqueo muy gordo con la prosa”. Se apuntó a un taller de versos y “me enganché”. Un enganche que ha compaginado hasta hace bien poco con sus estudios y también con el salto de pértiga profesional. Sí, ella ha sido saltadora a nivel nacional, pero lo ha dejado y, ahora es cuándo se ha dado cuenta que este deporte y la poesía están conectados. “Pensaba que eran polos opuestos, pero es una conexión muy personal”, explica. Sostiene que el del salto con pértiga es “un deporte muy sensorial: el hecho de la altura, el salto o la caída son sensaciones muy corporales, muy físicas y he encontrado el camino y poder vincularlo, es bastante productivo”.

La joven, que va a disfrutar en breve de una beca Erasmus durante todo un año en Tesalónica (Grecia), confiesa también que a la hora ponerse a escribir es “muy caótica” y que le va “por épocas”. Así, puede estar tres semanas sin escribir, pero luego pasar dos o tres días escribiendo sin descanso. Eso si, asegura que cuando deja de escribir coge el hábito de corregir sus propios textos.

A la hora de componer nuevos versos, Velasco afirma que depende la “época”, si está “más receptiva o más activa en el mundo o al entorno” y señala que “he pasado la época de corregir mucho, tras unos meses que fueron productivos”. Y de este tiempo de producción ha salido un “poemario que tengo montado, pero que no tiene título definitivo”, avanza y añade que confía en que se pueda publicar. “Tengo mucha ilusión y siento vértigo al ver mis publicaciones. La poesía es abrirse en montón y es algo que me ha gustado mucho”, considera. Y en este punto retoma su próxima estancia en Tesalónica, algo que vincula a la “la fase de transición, por la edad que tengo” y también al salto con pértiga.

Su juventud tampoco ha sido freno alguno con sus compañeros, ni con su familia cuando se metió de lleno en el mundo de los versos y ganó UCOpoética. No obstante, destaca que “a la gente le resulta extraño, pero la que me conoce sabe del pie del que cojeo”. Por cierto, que entre sus autores favoritos se encuentran Cortázar, Angelo Nestore o Erika Martínez.