Nicolas Cage vuelve a los personajes oscuros en la Mostra de Venecia
'Joe', dirigida por David Gordon Green, tiene por protagonista a un expresidiario que toma bajo su protección a un adolescente
Una película bastante convencional sobre las miserias del sur estadounidense sirve de base para recuperar el lado más oscuro de Nicolas Cage, que en Joe abandona momentáneamente el cine más comercial para retomar un estilo de personajes que le van como un guante. Joe, dirigida por David Gordon Green -responsable de filmes como Snow Angels o Superfumados- recibió ayer algunos aplausos en su proyección en la sección oficial del 70º Festival de cine de Venecia, aunque no deslumbró con su previsible historia.
"He vivido en el sur y siempre me han interesado las historias del sur", explicó Green, acompañado por un Cage bastante parco en palabras que se mostró encantado de participar en un proyecto "espectacular" que ha sido uno de los "más memorables" de su carrera como actor, que incluye títulos como Arizona Baby, Corazón salvaje o Leaving Las Vegas, por el que ganó el Oscar al mejor actor.
En esta ocasión Cage interpreta a Joe, un hombre que vive en un pueblo cualquier de Estados Unidos, con antecedentes de cárcel y violencia, que vive siguiendo unas reglas muy particulares y que un día se encuentra con un adolescente al que toma bajo su protección. El joven Tye Sheridan interpreta brillantemente a Gary aunque es Gary Poulter, el actor que da vida a su padre, el que realmente está por encima de todos sus compañeros de reparto.
Era su primera experiencia en el cine y también fue la última porque falleció poco después de terminar el rodaje de Joe, según explicó el director, que resaltó que Poulter fue encontrado por el responsable del casting cuando vivía en las calles de una ciudad de Texas. "Ha sido un gran honor trabajar con alguien tan bueno como Nicolas, pero también una increíble experiencia hacerlo con alguien como Poulter", que había tenido un "negro camino en el pasado" y al que se abría un futuro mucho mejor.
Joe está basada en un libro de Larry Brown que el realizador quería llevar al cine desde hacía años. Le fascinaba su visión de la masculinidad, la forma en la que un hombre es incapaz de gestionar sus problemas internos. Casi como en un western, con el gran tema de la redención como centro de una historia en la que el protagonista intenta cambiar su vida adaptando el papel de padre para un joven, casi un niño, que no cuenta con padres que le protejan, señaló.
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