“El flamenco es libre y es verdad, pero la raíz no debe perderse”
Esperanza Fernández. Cantaora
La artista sevillana actuará el sábado en la Noche Blanca, a la que traerá su espectáculo ‘De lo jondo y verdadero’, en el que reivindica el flamenco tradicional
La cantaora Esperanza Fernández (Sevilla, 1966) es una de las voces más importantes del arte jondo actual y el próximo sábado será una de las artistas participantes en la Noche Blanca del Flamenco. El concierto será a las 03:00 en la plaza del Potro y en él presentará su espectáculo De lo jondo y verdadero. La acompañarán Miguel Ángel Cortés a la guitarra, Jorge Pérez El cubano y Miguel Fernández a la percusión y Dani Bonilla con los coros y palmas.
–¿Cómo va a ser su actuación?
–El concierto va a ser completamente tradicional. Sé la masificación de gente que va a haber, pero hay actuaciones para todos los gustos y creo que el que venga a escuchar a Esperanza Fernández se va a encontrar a la Esperanza Fernández de siempre; con su flamenco tradicional y, por supuesto, con sus bailes y un grupo buenísimo. También va a haber una sorpresa de baile porque va a venir Juan José Villar. La particularidad de este espectáculo es que es de flamenco tradicional, pero los cantes van unidos unos con otros. Es un concierto muy ameno.
–Es la primera vez que viene a la Noche Blanca del Flamenco. ¿Qué expectativas tiene?
–Tengo muchas ganas. Estaba un poquito triste porque con la cantidad de años que lleva la Noche Blanca es la primera vez que voy a estar. Me ha dado pena porque otros años se han repetido artistas. Nunca me programaban y no sabía por qué, pero bueno, ahora estoy ahí y lo voy a dar absolutamente todo.
–Además va a estar en un escenario muy castizo, en la plaza del Potro. ¿La conoce?
–Una vez estuve en la Noche Blanca de espectadora para ver a Arcángel y Diego Carrasco, pero como fui a tantos sitios no lo recuerdo. Quise experimentar lo que se respiraba. Y se respira un ambiente súper bonito; me llamó mucho la atención el respeto de la gente. A mí me han puesto a las 03:00 y espero que el público que vaya a verme esté alegre. Sé que van a saber escuchar.
–La han puesto a una hora muy flamenca...
–(Ríe). Pues fíjate que estuve peleando un poco porque quería que me hubiesen puesto más temprano. Se dice que los flamencos trasnochan, pero los flamencos de ahora poco trasnochan. Pero siendo la Noche Blanca y un marco especial, estoy completamente mentalizada de que tengo que salir a las 03:00. Descansaré mucho para estar fuerte.
–Este año el cartel es totalmente femenino. ¿Qué papel tiene ahora mismo la mujer en el flamenco?
–Estamos en un momento muy importante. Las mujeres, ya no solo en el flamenco sino a nivel general, no tenemos que demostrar nada porque todo el mundo sabe el poder que tenemos. Nos une la constancia y la perseverancia. Antiguamente, desgraciadamente sí había que demostrar cosas. Yo no lo he vivido en mis carnes porque, aunque empecé joven, no tuve ese desplazamiento entre mis compañeros. Hubo alguno que otro, pero no voy a señalar a todo el mundo y quiero ser siempre positiva. Ahora mismo empiezas a contar mujeres como María Terremoto, Rocío Márquez, Estrella Morente, Marina Heredia... Todas estamos en un momento muy importante en nuestras carreras.
–Hoy en día hay muchas corrientes y muchos artistas que se consideran flamencos, pero, para usted, ¿qué debe tener realmente alguien que se considere flamenco?
–Te voy a hablar siempre desde mi punto de vista. Lo que he escuchado siempre en mi casa ha sido flamenco. He nacido flamenca y lo he escuchado desde el vientre de mi madre. Yo siento el flamenco. El flamenco es libre y es verdad, pero la raíz no debe perderse. Cada uno lo puede expresar o interpretar como uno quiera, siempre que esté bien cuidado. Sobre todo, el cimiento debe ser fuerte; tenemos que haber escuchado y estudiado mucho. Si el cimiento está fuerte cada uno le puede dar su propia interpretación.
–De hecho, usted ha cantado con orquestas sinfónicas, ha interpretado a Falla y se ha acercado a otras músicas como el jazz. ¿Cómo se logra mantener esa esencia?
–Siendo tal como una es. Yo soy flamenca, soy cantaora y para nada voy a decir que soy una mezzosoprano porque, aunque tuviera su tesitura, no he estudiado esa música. Los flamencos tenemos un oído privilegiado. En el flamenco tenemos libertad, no estamos encorsetados ni supeditados a una partitura. Que tampoco es malo porque a mí la música clásica me ha enseñado muchísimo. Gracias a ella he podido tener más conocimientos del mundo de la música. Encontrarte con artistas clásicos o de jazz te abre la mente y en un futuro te puede servir incluso para tu propio cante.
–La poesía también ha sido recurrente en su carrera, al igual que le ocurre a otros artistas como Miguel Poveda, Carmen Linares y antes Camarón. ¿Qué tiene la poesía para que el flamenco se fije tanto en ella?
–Casi todos los flamencos le han cantado a Lorca porque él escribía flamenco. Era un amante del flamenco y de los gitanos. Escribía poesía para ser cantada. En general, la poesía, igual que el flamenco, dice mucha verdad.
–¿Qué peso tiene la herencia familiar en su forma de sentir el flamenco?
–Mucho. Me siento una mujer con muchísima suerte de haber tenido a mi padre, cantaor de Triana, y a mi madre de Lebrija. El haber visto en mi casa a tantos artistas te tiene que marcar por alguna parte. Son muchos recuerdos que cuando eres mayor y consciente de lo que has vivido sacas a la luz. Por ejemplo, cuando Fernanda y Bernarda (de Utrera) venían a casa a tomar café. Son cosas preciosas que de una manera u otra tienes dentro.
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