“El cante flamenco es muy grande y nunca acaba”

Rosario La Tremendita. Cantaora

La artista cierra esta madrugada en los jardines del Alcázar el programa de espectáculos de la Noche Blanca del Flamenco con 'Delirium Tremens 2.0'

La cantaora sevillana Rosario La Tremendita.
La cantaora sevillana Rosario La Tremendita. / Clara Arés

Rosario Guerrero (Sevilla, 1984), conocida artísticamente como Rosario La Tremendita, es cantaora, compositora, productora e investigadora del flamenco. Esta madrugada (04:30) en los jardines del Alcázar mostrará en la Noche Blanca su talento para combinar la tradición con la innovación a través de su espectáculo Delirium Tremens 2.0.

–¿Cómo será su espectáculo?

–Vamos con un formato de batería electrónica y dos palmas, y yo voy con el bajo, como siempre. Presentamos Delirium Tremens, que es el título de mi último álbum, pero que se ha convertido en la evolución de mí misma. El disco salió hace año y medio y es ya toda la evolución que he vivido desde entonces.

–¿De dónde surge este proyecto?

–De un viaje emocional en el que necesitaba contar en el punto en el que estaba a través de los cantes y que cualquier ser humano se puede encontrar dentro de él. Es un recorrido por las fases de la crisis en cuatro movimientos: el caos; el ahínco, que es la aceptación del caos; el aprendizaje; y el tedeum, el agradecimiento al caos para volver otra vez a encontrarte en una crisis.

–Los nombres de sus discos no son muy típicos del flamenco y usted, en estética, tampoco es una flamenca tradicional.

–Soy más tradicional de lo que todo el mundo se imagina. Cuando una persona es flamenca, su lenguaje natural es el flamenco y lo que ha vivido toda la vida es el flamenco no se preocupa mucho de demostrarlo. El flamenco forma parte de mí; yo soy flamenca, pero una flamenca con muchísimas inquietudes que convive con muchas disciplinas artísticas a las que adora y que, al final, lo que hace es enriquecer su lenguaje, que es el flamenco.

"Cuando una persona es flamenca no se preocupa mucho de demostrarlo"

–Este año va a cerrar la Noche Blanca a las 04:30. ¿Qué expectativas tiene?

–Me han visto cara de juerguista o algo de eso (ríe). Expectativas todas las del mundo porque Córdoba es una tierra a la que adoro y en ella está mi familia porque por parte de madre son todos cordobeses. Voy con muchas ganas de llevar nuestro flamenco allí y darlo todo. Imagina con las ganas que vamos. Para mí es muy grande.

–Con Córdoba también tiene una unión por el premio del Concurso Nacional que ganó en 2004. ¿Cómo lo recuerda?

–Era muy joven y llevaba muchísima ilusión. Para mí Córdoba fue una oportunidad muy bonita que me dio mucha visibilidad.

–Además de los conocimientos que tenía por su familia, decidió profundizar más en el flamenco. ¿Qué ha descubierto y/o aprendido en esa investigación?

–Estoy en ello. En mi casa me pusieron la guitarra en las manos con cinco años, me subí a un escenario con esa edad y desde entonces no he dejado de investigar y echar muchas horas. A día de hoy sigo y creo que me queda mucho porque el cante flamenco es muy grande y nunca acaba. Lo único que puedo hacer es contar mi verdad desde esos conocimientos que voy adquiriendo y desde esas recopilaciones que voy adaptando a mis composiciones.

–Ahora mismo es una de las figuras más destacadas en la innovación del flamenco. ¿Cómo lo hace sin perder de vista la raíz?

–Teniendo un pie atrás para poder seguir hacia delante. Mi mayor objetivo es tener muy presentes todos los conocimientos y todo lo que ya se ha hecho para, a través de ahí, seguir creciendo y seguir contando desde mi verdad. Siempre pongo el mismo ejemplo: imagino que un cocinero para hacer una deconstrucción de cocido ha debido hacer muchísimos cocidos de su madre o de su abuela. Pues esto es lo mismo; no podemos perder esa mirada.

–¿Cómo es su trabajo como compositora?

–Desde muy pequeña estaba rodeada de instrumentos y para mí la voz es una herramienta más de mi música. Realmente toda la abertura que me han dado los instrumentos me hace tener inquietudes de componer y sacar arreglos. Para mí es un trabajo conjunto con todo lo demás.

La Tremendita.
La Tremendita. / Clara Arés

–¿Qué evolución ha tenido desde que empezó en el flamenco?

–Empecé en las peñas y festivales desde muy pequeña. A los 19 o 20 años tuve la suerte de estar con los mejores bailaores y a partir de los 25 hice la carrera más en solitario. Desde los cuatro o cinco años hasta los 35 que tengo he estado dedicada a la música 24 horas diarias. El crecimiento general, tanto en lo personal como en el aspecto artístico, es muy grande. Y lo que espero seguir evolucionando. El arte es algo muy difícil de parar y todos los días tienes la necesidad de seguir creciendo porque cuanto más te dedicas a esto, más te da cuenta de lo grande que es y de lo pequeñitos que somos.

–¿Se estilo ha ido cambiando?

–Al final hay una cosa muy en común en toda mi vida, que es el amor al flamenco y el amor a mi tradición, pero luego ha evolucionado en función de cómo yo he evolucionado como persona y lo que he aprendido de otras disciplinas.

–¿Cómo ve el panorama de los jóvenes flamencos?

–Muy bien porque veo muchas inquietudes, mucha diversidad y maneras diferentes de hacerlo. Y eso creo que es muy bueno porque se sigue creciendo.

–Este año en la Noche Blanca solo participáis mujeres. ¿Qué momento vive la mujer en el flamenco?

–La mujer en el flamenco está como en la sociedad; vamos teniendo el sitio que nos merecemos y el que tenemos que tener, que es el de igualdad. Estamos luchando y todavía nos queda mucho, que no se nos olvide.

–¿Alguna vez se ha sentido rechazada o infravalorada por ser mujer?

–Conmigo eso es difícil porque tengo bastante carácter. Tengo 35 años y hemos nacido en una época en la que todavía las reuniones se hacían en el bar y de allí salían cosas en las que yo como mujer a lo mejor no podía estar. Pero he tenido la suerte de ir siempre de la mano de mi padre, que me ha mostrado la libertad, me ha tenido integrada y nunca ha dejado que no tenga el papel que me correspondía. Desde mi experiencia no lo he vivido. En mi casa prácticamente somos un matriarcado, todas las mujeres tenemos mucho carácter y, de alguna manera, estamos en el sitio en el que tenemos que estar.

–¿Ha recibido crítica, de forma directa o indirecta, ya no solo por ser mujer, sino por su forma de hacer flamenco y por su estética, que choca con lo que tradicionalmente es una artista flamenca?

–Imagino que habrá diversidad de opinión y eso debe ser así. Eso es señal de que una está en movimiento, se está arriesgando y exponiendo. A mí no me afecta; me afecta el crecimiento y las opiniones de personas a las que admiro.

–¿Tiene en mente algún nuevo proyecto?

–Estamos pensando ya en el nuevo álbum. Parte de la inspiración de ese trabajo se estrenó en la Bienal de Sevilla este año con un formato de dos baterías. Estamos también en otro proyecto en Francia y abriendo un estudio de grabación en Sevilla junto con el guitarrista José Acedo. Con él también estoy haciendo un formato de guitarra y bajo eléctrico que se llama Impureza.

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