Orgía de violencia con Gerard Butler
Ciencia ficción, EEUU, 2009, 90 min. Dirección: Mark Neveldine, Brian Taylor. Guión: Neveldine, Taylor. Intérpretes: Alison Lohman, Gerard Butler, Michael C. Hall. Música: Robert Williamson, Geoff Zanelli. Arcángel, Guadalquivir, El Tablero, Artesiete-Lucena.
Cuando a los tontos (o a los listos con pocos escrúpulos) les da por ponerse profundos hay que echarse a temblar. La misma semana en que Apatow se ponía tragi-cómico-festivo con Hazme reír, los autores de Crank 1 y 2 pretendían inyectar algo -aunque no se sabe bien qué- más que adrenalina en su nueva película. Juegos con confusión entre la ficción y la realidad, presentación de los videojuegos como quinto caballo del Apocalipsis, mirada pesimista sobre la evolución de la sociedad de los juegos virtuales y las redes informáticas… Para al final echar leña al fuego, sangre al tiburón y alimento a la bestia con una película que pone una piedra (chiquita, eso sí) en la construcción del mundo que retrata.
Porque Gamer es una orgía de violencia trufada de apuntes supuestamente profundos o dramáticos (y hasta con pretensión irónica, a veces) que propone una historia cuya idea básica ha sido contada mejor en otras películas como Perseguido (1987) o Desafío total (1990): el juego llevado al límite de mezclar la realidad y la ficción utilizando seres humanos como si fueran marionetas o gladiadores. La estética de la película es la propia de los videojuegos. Y su interés humano o cinematográfico también. Que su intérprete sea el de esa apoteosis de la estupidez musculada llamada 300 no es de extrañar.
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