En la Primera División del baile
Eva Yerbabuena protagoniza el tradicional espectáculo inaugural en las Tendillas con una selección de piezas en la que refleja su versatilidad y su capacidad para la plasmación de distintos estados de ánimo

El baile de Eva Yerbabuena conecta con ocultas regiones del sentimiento o el ánimo. Su capacidad empática se sustenta en la peculiar e indefinible textura de una dinámica de exteriorización expresiva que apresa el matiz gestual como joya del instante. Los años, los proyectos, las horas sobre el escenario han asentado un estilo de concebir y exponer el baile flamenco a partir del desarrollo de una dimensión de luminosa hondura, sinuosa complejidad, sensualidad andaluza. Armonía entre formas y sonidos, elasticidad y tensión en un espectáculo variado que integró coreografías de distintos momentos y obras.
En su nombre artístico convergen lo bíblico y lo botánico. Un maridaje que de algún modo define su baile, de acotación solemne, eco arcaico, fulguración mística, proyección sobria, palabra en el tiempo; y de infiltración colorista, soleado y oxigenado, irradiador de una forma de vida que no admite nombres comunes.
Ese misterio sin trampas y esa alegría de vegetal floreciendo fue lo que ayer captó el público en una velada de hora y media que comenzó puntual y en la que la granadina dosificó su presencia en tres etapas, luctuosa en la primera y relajadamente comunicativa en la última, en la que acabó bailando Un compromiso de Machín y Se nos rompió el amor: jamás duró una flor dos primaveras.
Yerbabuena no está en la primavera sino en el verano de su trayectoria: en la Primera División del baile, valga el comentario oportunista y sin duda poco imaginativo. Estuvo acompañada por Paco Jarana (guitarrista y director musical), aliado en tantos lances; y por Manuel de la Luz a la guitarrista y Manuel Pájaro en la percusión, los cantaores Pepe de Pura, José Valencia y Jeromo Segura y un cuerpo de baile (muy solvente) integrado por Mercedes de Córdoba, Lorena Franco, María Moreno, Edu Guerrero, Ale Rodríguez y Fernando Jiménez.
La plaza llena, con bebedores de cerveza, comedores de helados, fans de Córdoba 2016, gente freak, gente muy freak y algunos miembros del nuevo equipo de gobierno, con el alcalde, José Antonio Nieto, a la cabeza. Quejas al fondo de los que sólo podían ver a Yerbabuena a través de la pantalla ubicada en el centro del escenario.
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