Richard Serra gana el premio Príncipe de Asturias de las Artes
El jurado destaca su papel en la vanguardia escultórica de las últimas décadas

El escultor estadounidense Richard Serra fue galardonado ayer con el premio Príncipe de Asturias de las Artes 2010. Serra está considerado uno de los escultores más relevantes de la vanguardia de la segunda mitad del siglo XX por su innovadora visión al integrar los espacios urbanos a través de una obra que invita a la reflexión. Según el acta del jurado, se le premia por su "audacia" y su "brillante trayectoria".
El jurado estuvo presidido por José Lladó y Fernández-Urrutia, e integrado por Mercedes Álvarez, Lourdes Fernández, José Fernández-Velasco, Carlos Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, José Luis Garci, Jordi García Candau, Rosina Gómez-Baeza, Emilio Marcos Vallaure, Hans Meinke, Miguel Muñiz, Benigno Pendás, Amelia Valcárcel y José Antonio Caicoya, que ejerció de secretario.
La candidatura fue propuesta por Carmen Gimenez, comisaria de arte del siglo XX de la Fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York. El acta del jurado señaló que se decidió concederle el premio al escultor "por su audacia para vertebrar desde su perspectiva minimalista los espacios humanos más significativos a escala internacional, a través de obras de gran potencia visual que invitan a la reflexión y el asombro".
"Muy vinculado con la mejor tradición de arte europeo a lo largo de su brillante trayectoria, Serra es un artista polifacético cuya dimensión universal se expresa en formas contundentes y conceptos sugestivos", recoge el acta.
Serra, hijo de padre español, nació en San Francisco (EEUU) en 1939. Estudió en la Universidad de California-Berkeley, donde se graduó en Ciencias y en Literatura Inglesa en 1961, y en Yale, donde cursó estudios artísticos hasta 1964. A mediados de la década de los 60 amplió su formación en París y en Florencia. Realizó su primera muestra individual, titulada Live Animal Habitat, en la galería La Salita de Roma. En 1967 comenzó a exponer en Nueva York de la mano del galerista Leo Castelli. Desde entonces, Serra ha mostrado su obra en los museos más representativos de Europa, América y Asia y está presente en las colecciones públicas y privadas más importantes del mundo.
Sus obras, tanto las minimalistas como las esculturas de gran tamaño, están diseñadas para lugares concretos, y su técnica se sirve de materiales como el plomo, el acero y el hormigón. Sus primeros trabajos, entre los que se encuentra su obra Cinturones, expuesta en el Guggenheim de Nueva York, consisten en una serie de montajes realizados en neón y caucho. En 1981 creó una de sus esculturas más espectaculares, Arco inclinado, pensada para la plaza Federal de Nueva York; en 1983 hizo la obra Clara-Clara para la plaza de la Concordia de París y en 1990 instaló Afangar en Islandia.
En España se expone su obra en el Museo Reina Sofía de Madrid, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y el Guggenheim de Bilbao, donde se ubica la obra La serpiente. Este museo alberga también una obra que el propio autor entiende como la más importante de su carrera, La materia del tiempo. Pese a considerarse fundamentalmente escultor, su extensa producción abarca otras disciplinas como la obra gráfica y fílmica.
Además, Serra es Doctor Honoris Causa por las universidades de Yale, Londres y Pública de Navarra y Caballero y Comendador de la Orden de las Artes y las Letras de Francia. En 2008 fue condecorado por el Ministerio de Cultura. Y entre otras distinciones ha recibido el Anillo del Emperador de la ciudad alemana de Goslar y el Praemium Imperiale de la Escultura de Japón, en 1994.
Los Príncipes de Asturias destacaron la "extraordinaria aportación a la escultura de vanguardia" de Serra, mientras que el arquitecto británico Norman Foster lo definió como "el más grande de los escultores vivos: un maestro".
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