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Teatro Clásico de Sevilla presenta este sábado 20 de febrero su aclamada producción de Romeo y Julieta -nominada a los Premios Max 2020 como Mejor Espectáculo, Dirección, Adaptación Teatral y Vestuario- en el Gran Teatro de Córdoba (16:00).
La compañía vuelve a William Shakespeare para releer una de las tragedias más populares del dramaturgo, actor y poeta inglés, reconocido entre los más grandes autores de la literatura universal. El montaje, dirigido por Alfonso Zurro, fue estrenado a finales de 2019. Encabezan el reparto Ángel Palacios y Lara Grados, en los papeles de Romeo y Julieta.
La desgraciada historia de los enamorados de Verona ha penetrado en la conciencia colectiva del mundo a través de los siglos. También es para muchos una obra perfecta. Escrita en el año 1591, su éxito es debido en gran medida a la complejidad de la composición y al lugar que ocupa como metáfora por antonomasia del amor prohibido.
Con antecedentes en la mitología y literatura griegas y en algunas leyendas medievales, fue objeto de múltiples versiones en los siglos XV y XVI, pero fue Shakespeare quien le infundió una pasión y un dramatismo inéditos hasta entonces. Su obra está cargada de fluidez retórica, de diálogos apasionados y toda ella es febril e intensa.
El responsable de la versión y dirección escénica del montaje explica que su primera labor ha sido profundizar en el texto y encontrar un lenguaje que sin desvirtuarlo ni quitarle la prestancia de la época, pueda ser asimilado por el público de hoy.
Y es en esa fase inicial cuando Alfonso Zurro encuentra lo que iba a ser el referente dramático donde descansaría su dramaturgia: el odio. “El odio de dos familias -señala- que harán lo imposible para impedir que esa pareja lleve a buen puerto su historia de amor. Pero Shakespeare no nos dice de dónde surge, y no lo hace porque a veces el odio está incrustado en el aire que respiras… y odias. ¿Por qué? Eso es lo que me interesa preguntarme y preguntar al espectador.”
Romeo y Julieta es, por tanto, “una historia de amor que se cuece en la marmita del odio y que impide que prosperen los sentimientos más puros entre estos dos jóvenes”, afirma Zurro. “Nuestra propuesta se asienta en ese peligro, ese sentimiento que pudre y destroza los lazos de convivencia y en cómo se enfrentan Romeo y Julieta a esa devastación”, concluye el director. Un rencor entre los dos bandos que la poderosa escenografía de Curt Allen Wilmer contribuye a hacer aún más patente.
Su permanencia en el tiempo permite decir que Romeo y Julieta es un clásico, la especialidad de la compañía que la trae al Gran Teatro, creada con el objetivo de acercar las piezas clásicas a un público cada vez menos acostumbrado a ellas, y hacerlo con la mayor calidad y el máximo respeto al texto Se trata de una de las compañías más premiadas del país, como lo demuestran los alrededor de 70 galardones recibidos por Teatro Clásico de Sevilla.
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