Rosendo lanza nuevos dardos en 'A veces cuesta llegar al estribillo'
El cantante vuelve a criticar la situación social y política actual en este trabajo


Veinte discos y cien canciones después, Rosendo confiesa sus desvelos compositivos con A veces cuesta llegar al estribillo, un álbum "básico y sencillo" en el que vuelve a criticar "lo mismo de siempre: lo mal que nos llevamos, la mala leche que hay y lo chungos que son los políticos". "La situación es crítica y hay muchas cosas por las que quejarse", explica el rockero de Carabanchel, que siempre ha entendido el rock 'n' roll como "una herramienta de transgresión para decir que no cuando no te gusta lo que ves".
Si el asunto consiste en aunar imágenes y mal gusto, Rosendo ha encontrado un filón en los programas del corazón, retratados con dureza en Mala tiña. "Critica esa infamia denigrante que encima funciona; veo a Belén Esteban y me pregunto cómo es posible que medio país esté envenenado con esas historias", lamenta el autor. De corte más apocalíptico, Amenaza desastre reflexiona sobre "esa sensación de que algo está a punto de estallar". "Sales a la calle y la gente está agobiada, buscando una salida, porque nadie sabe qué va a pasar al día siguiente", apunta el guitarrista. Los poderes fácticos tampoco escapan al afilado juicio de Rosendo, que en Angelitos ataca a "los políticos, la Iglesia o la religión. "Son los que nos han puteado toda la vida y los que van a seguir haciéndolo. Seguramente irán al cielo, porque son los que se lo han inventado", desliza el músico con indisimulada ironía.
La oscuridad general del álbum se compensa con el optimismo de piezas como La cera que arde, en la que el vocalista da cuenta del buen momento personal que atraviesa. "Me siento bien; me ha costado mucho llegar a donde estoy, pero vivo de la música, que para mí era un sueño impensable hace años", asegura.
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