Taschen revisa en un libro la historia del cine negro a través de 100 películas
El volumen, de casi 700 páginas, traza una panorámica amplia e integradora sobre el género
La impasibilidad de Humphrey Bogart, la espectacular frialdad de Barbara Stanwyck, un Al Pacino lleno de sangre o el inenarrable peinado de Javier Bardem. Son algunas de las imágenes que el cine negro ha regalado al espectador y que ahora se recogen en un espectacular volumen que homenajea a este género. Film Noir. 100 All-Time Favorites es el título del libro, editado por Taschen y que arranca en las películas mudas francesas y alemanas que fueron las pioneras de un género que en realidad no lo es, o al menos eso sostiene el realizador Paul Schrader, guionista de títulos como Yakuza o Taxi Driver.
"No se define por convenciones de contexto y conflicto, tal y como ocurre en los géneros del western o las películas de gángsters, sino más bien por aspectos más sutiles de tono y ambientación. Una película se considera de cine negro por contraposición a las posibles variantes de cine gris o cine blanco", afirma el realizador en el libro.
Una definición tan amplia y ambigua que permite incluir bajo esa denominación películas tan diferentes como El gabinete del doctor Caligari, Rebeca, Luz que agoniza, Perdición, Encadenados, El crepúsculo de los dioses, El cabo del terror, Blade Runner, L. A. Confidential, No es país para viejos o Cisne negro.
Son algunas de las 100 cintas que analiza una obra que se publica en español, inglés, alemán y francés y que en sus 688 páginas hace un completo recorrido por las diferentes etapas de un tipo de cine que encontró su forma de expresión en la oscuridad y en los juegos de luces y sombras, tanto físicos como psicológicos, que le permiten jugar con el espectador.
Unos elementos que junto a los juegos de las lentes focales, a las complejas tramas en las que nada es lo que parece y a un estilo narrativo claramente subjetivo provocan el suspense en la historia y la inseguridad en el espectador, según describe con precisión Jürgen Müller, uno de los editores del libro (el otro es Paul Ducan). Es en ese juego, en el que los seguidores del género entran sin complejos, en el que se desarrolla la profundidad de un estilo plagado de estereotipos y de elementos repetitivos: detectives duros y a menudos perdedores, amores imposibles, traiciones o espectaculares enfrentamientos, por mencionar solo algunos.
Lo que no impide que a lo largo de los años estas películas se hayan hecho un espacio importante dentro del mundo del cine y que sigan saliendo maravillosos ejemplos de hasta dónde puede llegar el género, como Fargo, L. A. Confidential, Hana-Bi, Infiltrados, No es país para viejos o Drive. Además de toda una serie de filmes inspirados en el cómic, como Watchmen o El caballero oscuro, que introducen efectos digitales que habían estado ausentes en el género negro como la captura de movimiento, el rotoscopio interpolado y los últimos avances en la animación aplicados al cine de acción.
Pero esa modernidad no impide que el cine negro siga siendo tan local como global, una de sus principales características, y que las películas se basen en tradiciones culturales autóctonas, como señala en el libro el escritor especializado en cine Douglas Keesey.
"Como en el cine negro clásico, el nuevo cine negro nos adentra en la oscuridad para que seamos capaces de ver la luz", afirma Keesey al hablar de un género que encontró su mayor expresividad en el blanco y negro, pero que ha sabido adaptarse al color. Una evolución reflejada en un volumen editado con un gran preciosismo y que recoge, con evidente amor por el género, una exhaustiva serie de imágenes de muchas de las películas que han marcado la historia del séptimo arte. Además de descripciones de un centenar de títulos, declaraciones de directores y actores y críticas publicadas en el momento de su estreno por prestigiosos medios de comunicación.
Un detallado recorrido por un cine que, en palabras de Schrader, "ofrece a los expertos un reducto de películas excelentes y poco conocidas y brinda a los críticos amantes del cine de autor la oportunidad de plantearse nuevos interrogantes de clasificación y estilo transdireccional".
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