Tomás Segovia, poeta del desarraigo, muere a los 84 años en México

Nacido en Valencia y exiliado por la Guerra Civil, desarrolló una extensa obra literaria

Efe / México

09 de noviembre 2011 - 05:00

El escritor, poeta y ensayista hispano mexicano Tomás Segovia falleció el pasado lunes en la capital de México a los 84 años debido a diversas complicaciones por cáncer. El escritor (Valencia, 1927), que llegó a México exiliado por la Guerra civil, desarrolló una importante obra editorial en este país por la que recibió numerosos reconocimientos, entre ellos el premio Octavio Paz de poesía y ensayo (2000) y el Juan Rulfo de literatura latinoamericana y del Caribe (2005). También fue galardonado con el premio de Extremadura a la creación (2007) y el Internacional de Poesía Federico García Lorca (2008).

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) expresó en un comunicado sus condolencias por la muerte del poeta, quien estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México y desarrolló una extensa obra literaria.

En 1950 obtuvo la beca Guggenheim y participó en la fundación de la Revista Mexicana de Literatura en colaboración con Juan García Ponce.

Entre sus principales obras se encuentran La luz provisional (1950), El sol y su eco (1960), Anagnórisis (1967), Figura y secuencias (1979), Cantata a solas (1985), Casa del nómada (1994), Fiel imagen (1997) y Sonetos votivos (2005 y 2008).

Entre sus ensayos destacan Contracorrientes (1973), Poética y profética (1986) y Alegatorio (1997). En teatro dejó una obra, Zamora bajo los astros (1959), así como diversas obras de poemas y narrativa.

Segovia asumió con naturalidad su condición de desarraigado y se convirtió en el gran romántico de las letras mexicanas en la segunda mitad del siglo XX. Admiró a poetas franceses como Gerard de Nerval, se midió con Juan Ramón Jiménez y Luis Cernuda, compatriotas y exiliados como él, y mantuvo una duradera amistad con el Nobel mexicano Octavio Paz.

"Considero que soy un desarraigado. Me desarraigaron, porque yo era un niño. De eso no culpo a nadie, es un destino", dijo en una entrevista en 2005, recién galardonado con el premio Juan Rulfo.

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