La UCO inicia las excavaciones para hallar el anfiteatro de Torreparedones
El trabajo del equipo de investigación Antiguas Ciudades de Andalucía comenzó en 2006 y los datos sugieren la existencia de la edificación como parte del conjunto arqueológico
Córdoba/La Universidad de Córdoba (UCO) ha iniciado las excavaciones arqueológicas que pretenden corroborar definitivamente la existencia de un anfiteatro romano en el yacimiento de Torreparedones, ubicado en los términos municipales de Baena y Castro del Río.
La UCO informó ayer de que estas excavaciones, que cuentan con la autorización de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, corren a cargo del grupo de investigación Antiguas Ciudades de Andalucía de la UCO, que dirige el profesor Carlos Márquez, y la colaboración del propietario de los terrenos, Carlos León Vega, al igual la de los ayuntamientos de Baena y de Castro del Río. Los trabajos, que se iniciaron ayer, serán el colofón a los realizados por el equipo de investigación de la institución académica que desde el año 2006 excava en el yacimiento.
La existencia de un anfiteatro de Torreparedones fue propuesta por el profesor de la UCO y coordinador científico de los proyectos, Antonio Monterroso, realizados con documentación del Instituto Geográfico Nacional y que fueron publicados en la revista Mediterrranean Archaeology and Archaeometry. Con posterioridad, el Ayuntamiento de Castro del Río encargó una prospección geomagnética al Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada, que confirmó la propuesta. Los ingenieros del Instituto Andaluz de Geofísica Teresa Teixidó y José Luis Peña desarrollaron, además, una prospección eléctrica que confirmaba los resultados obtenidos en la prospección geomagnética y la aérea. Por este motivo, según Monterroso, "no se esperan por tanto demasiadas sorpresas respecto de la existencia del anfiteatro". Según la investigación desarrollada hasta el momento y presentada públicamente en el Rectorado de la UCO en febrero de 2017, las dimensiones del anfiteatro oscilan en torno a los 70 metros de eje mayor y los 62 de eje menor, unas proporciones similares a los anfiteatros de Segóbriga, Saelices (Cuenca) o Contributa Iulia (Badajoz). Según Monterroso "confiamos en la hipótesis de datación de este estructura en el siglo II d.C."
Los trabajos que se acaban de poner en marcha se desarrollarán hasta mediados del mes de julio y su intención es aquilatar las medidas del edificio, su cronología y evolución histórica, así como conocer su estado de conservación. Será esto último lo que "seguramente acabe por definir la existencia, grado e intensidad de eventuales actuaciones futuras de recuperación de extraordinario recurso patrimonial en Torreparedones", añade Monterroso.
El equipo que llevará a cabo los trabajos está formado por Santiago Rodero Pérez, responsable de la dirección técnica de la excavación; Massimo Gasparini, responsable de documentación fotogramétrica y codirector de la estratigrafía y Juan Carlos Moreno, encargado de la redacción de la documentación geomántica. También integran este grupo los profesores Carlos Márquez y Ángel Ventura y el responsable del Sitio Arqueológico, José Antonio Morena. Está previsto además que colaboren en la excavación parte del alumnado del grado de Historia y del doble grado de Historia y Arte de la Facultad de Filosofía y Letras de la UCO, así como del instituto Luis Carrillo de Sotomayor de Baena, donde se imparte la asignatura de Arqueología.
Este enclave no ha cesado de aportar descubrimientos de gran valor e importancia desde aproximadamente el año 2009. Una revelación de las más significativas fue sin duda el foro -cuyo nombre a día de hoy aún sigue siendo un misterio-, y representa uno de los mejores testimonios del urbanismo romano en la Península Ibérica en época imperial, con una plaza porticada de grandes dimensiones (hasta 500 metros cuadrados) donde se han encontrado tres esculturas del siglo I después de Cristo -entre ellas una thoracata o representación militar del emperador- y el busto del emperador Claudio. Junto al foro, aproximadamente en 2010, en la zona noble de la ciudad, se localizó el denominado macellum (mercado), un edificio de termas y el decumanus máximus, una de las dos principales calles de la ciudad que la atravesaban de oeste a este.
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