Vimcorsa muestra el reflejo de la muerte en la historia del arte cordobés

Veintidós artistas, desde Antonio del Castillo y Juan de Alfaro hasta Pepe Espaliú o Nieves Galiot, integran una exposición colectiva en la que también tienen cabida epígrafes funerarios y hasta un sarcófago

José María Báez, Victoria Fernández y Rafael Blanco, junto a 'Cristo muerto' de Antonio del Castillo.
José María Báez, Victoria Fernández y Rafael Blanco, junto a 'Cristo muerto' de Antonio del Castillo.
Alfredo Asensi / Córdoba

17 de abril 2009 - 05:00

Escribió Stefan Zweig que no basta con pensar ocasionalmente en la muerte: hay que tenerla siempre presente porque así "la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre". El reflejo que la muerte y la enfermedad han tenido en la historia del arte cordobés es el motivo de la exposición que ayer fue inaugurada en la sala Vimcorsa, donde permanecerá hasta el 7 de junio. Una antológica en la que están representados 22 artistas desde el siglo XVII y que consta de 48 obras de variadas disciplinas, desde piezas arqueológicas romanas hasta videoproyecciones, fotografías, pinturas y esculturas.

La muestra, comisariada por José María Báez, intenta también sacar del olvido a pintores como Fray Juan del Santísimo Sacramento (del cual ha sido restaurado para esta ocasión un cuadro perteneciente a los fondos del Museo de Bellas Artes) y Juan de Alfaro, figuras notables cuya obra merece una revisión. Del siglo XVII han sido también seleccionados Antonio del Castillo, Antonio García y Reinoso y Acisclo Antonio Palomino; del XVIII, Miguel Verdiguier; del XIX, Mateo Inurria y Julio Romero de Torres; y del XX, Miguel del Moral, Ladis, Ricardo, Juan Tejada, Rita Rutkowski, el propio Báez, José María García Parody, Pepe Espaliú, Rafael Agredano, Mariló Fernández Taguas, Tete Álvarez, Nieves Galiot, Ángel García Roldán y Juan Clemente.

El objetivo de La enfermedad, la muerte. Reflejos y visiones en el arte cordobés, según Báez, es plantear, desde lo local, una reflexión sobre un tema universal y que inevitablemente preocupa a todos los seres humanos. El carácter temático y homogéneo de la exposición no invalida su naturaleza diversa. La "calidad del trabajo" ha sido el criterio principal para la selección de las obras, entre las cuales se establecen interesantes diálogos y complicidades. "Obras antiguas y contemporáneas, figurativas y abstractas conviven perfectamente en la exposición, a la que hemos querido dar un carácter didáctico", indica Báez.

La muestra está dividida en cinco apartados: La huella de los desaparecidos, que incluye epígrafes funerarios y estelas romanas junto a fotografías de Ricardo; La muerte de Cristo, que sitúa al espectador en el ámbito del arte barroco; La enfermedad, que contiene imágenes fotográficas, pinturas y esculturas de García Parody, Espaliú, García Roldán, Ricardo y Ladis, entre otros; La muerte, que engloba fotografías, pinturas, esculturas y una instalación videográfica de Tete Álvarez; y Arcas, urnas, cajas, que exhibe un sarcófago de plomo del siglo IV (cedido por el Museo Arqueológico) y dibujos y bocetos escultóricos de García y Reinoso, Verdiguier e Inurria. La enfermedad, la muerte se completa con una selección de textos de escritores locales que ha sido realizada por el profesor Pedro Roso.

La exposición (visitable de lunes a sábado de 10:30 a 13:30 y de 18:00 a 21:00 y los domingos y festivos de 10:30 a 14:30) fue presentada por el teniente de alcalde delegado de Cultura del Ayuntamiento, Rafael Blanco, y la presidenta de Vimcorsa, Victoria Fernández, que destacaron su naturaleza de "producción propia". Un esfuerzo que puede sentar las bases para propuestas futuras.

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