Von Trotta incide en la necesidad de una mirada femenina para equilibrar el cine
La directora alemana, que ha recibido un homenaje en Segovia, prepara para 2015 una "comedia sofisticada"
Considerada como directora emblemática de la corriente del nuevo cine alemán de la década del 70, surgida de un grupo de jóvenes interesado por el pasado de su país, Margarethe Von Trotta (Berlín, 1942) está convencida de que en el cine "es esencial que haya una mirada femenina para equilibrar".
Horas antes de recibir un homenaje en la Muestra de Cine Europeo Ciudad de Segovia, Von Trotta, que se hizo actriz como medio para llegar a la dirección, lamentó que, aunque las mujeres sean mayoría, "en el cine hay pocas directoras". Sin embargo, cree "esencial" esa mirada femenina y subrayó que esta reflexión debería interesar a los hombres, "porque las mujeres ven las cosas de manera diferente, tienen otras prioridades, otros problemas, aportan algo distinto".
No se atreve a especificar esos puntos distintos, porque entiende que "cada mujer tiene una visión muy diferente de las cosas", además de poner como ejemplo de algunos directores al cineasta Ingmar Bergman, "que hacía películas fantásticas sobre mujeres".
Actriz con apenas 23 años, a esta figura del cine alemán le influyó el cine francés de los años 70 y, sobre todo, la obra de su padre, el pintor Alfred Roloff, lo que le impulsó a querer ser directora, pero no había mujeres en el staff del cine. Entonces, aún no era feminista y trataba de incorporarse al celuloide como forma de expresión, "sin saber que no era políticamente correcto; entonces entendí lo que es ser mujer". En los setenta empezó el movimiento feminista, se casó, conoció a otras mujeres con los mismos problemas y empezó "a entender el feminismo", aclaró.
La directora reconoció que en Europa se ha avanzado mucho en materia de igualdad, sin alcanzar la situación ideal, pero mejor que hace 30 años, mientras que le duele "profundamente cómo están de oprimidas algunas mujeres en el mundo".
A la directora de Las hermanas alemanas, con la que recibió el León de Oro de Venecia, o La calle de las rosas, Premio David de Donatello de la Academia de Cine Italiano, lo que más le oprime es "saber que no podemos ayudar a estas mujeres, sobre todo a las islámicas".
Von Trotta hace cine de autor, también escribe sus guiones y la experiencia como actriz le sirve para dirigir actores, pero no le gusta quedarse con ninguna de las más de 15 cintas que ha realizado desde 1977. Prefiere fijarse en la próxima, que comenzará a rodar en 2015: "Es un reto, será una comedia sofisticada", avanzó.
Cuando se habla de lo que se definió como nuevo cine alemán, que contó con figuras como Fassbinder, Schlöndorff, Werner Herzog y Wim Wenders, entre otros, Margarethe von Trotta habla de una misma generación, en los años cincuenta, que no tenía referencias de su pasado, del nacionalsocialismo.
Recordó que, como otros jóvenes, este grupo "sentía que había algo terrible, pero no ignoraban lo que era, nadie les contaba, ni profesores ni padres, hasta que, con las rebeliones de estudiantes, en los sesenta, empezaron a hablar del tema". Con la sonrisa en los labios, quien estuvo casada con el editor Jürgen Moeller, padre de su hijo, el cineasta Felix Moeller, y con el director Volker Schlöndorff en segundas nupcias, comentó que "éramos como una pandilla de rebeldes, cada uno tenía su propio estilo, pero unidos por un pasado terrible".
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