"Vuelvo a sentir el deseo de compartir mis letras"
ALBERTO GUERRERO. caNTAUTOR
El músico cordobés regresa a los escenarios mañana con un concierto en el Bar Limbo en el que interpretará canciones inéditas con letras propias, lejos de sus poemas musicados
Alberto Guerrero (Córdoba, 1977) tiene alma de poeta y de músico. Su carrera artística, en la que destaca su paso por la Fundación Antonio Gala (2003-2004), prosigue con un nuevo repertorio de canciones con letras propias, alejadas de los poemas musicados que tanto le caracterizaban. La actuación será mañana a las 22:30 en el Bar Limbo.
-¿En qué nuevos proyectos está trabajando?
-Mi trabajo actualmente está dedicado íntegramente a hacer canciones nuevas con letras propias. Ya apenas pongo música a los poemas.
-Desde 2009 no saca nuevo disco. ¿Cuál ha sido el motivo del parón musical?
-El motivo principal es que no tenía nada que decir nuevo. Yo canto para comunicar algo a los demás y ahora es cuando he vuelto a sentir el deseo de compartir mis letras con el resto.
-¿Qué se va a poder escuchar en el concierto de mañana en el Bar Limbo?
-Se podrán escuchar canciones nuevas, que ni siquiera están registradas y que están grabadas con mi móvil incluso.
-¿Cómo fue su experiencia en la Fundación Antonio Gala?
-Fue una de las mejores experiencias que he vivido. Participé en las diferentes facetas que tiene la beca; estuvimos varios meses en el convento con la finalidad de convivir unos con otros y conocernos. Pero, sobre todo, lo que se busca es aprender. Se puede definir como una gran confluencia, a la que cuesta adaptarse al principio. De hecho, yo me volví un poco loco durante las primeras semanas, aunque luego cada uno acaba encontrando su sitio.
-¿Qué supuso para su carrera el paso por la fundación?
-Para mí ha sido muy importante en mi vida personal. En cuanto a las cuestiones de la profesionalidad, parece que los músicos tenemos siempre un sambenito, tenemos que ser profesionales, mientras que un poeta es bueno o es malo pero nunca profesional. Yo no deseo ser un profesional, sino un músico que quiere hacer las cosas lo mejor posible.
-Usted estuvo muy vinculado a una nueva generación de poetas que surgió en Córdoba en los 90. ¿Qué pervive de esa relación?
-Formamos una gran amistad que aún perdura. Los amigos quizás se forjan más sobre los 20 años. Fue el momento en el que los conocí, y hoy en día sigue perviviendo una bonita relación.
-¿Es complicado amoldar los poemas a la música?
-Sí que es difícil. Pero tiene su truco, es como si estuvieras construyendo un puzzle. Se necesita paciencia y tiempo, sobre todo cuando no son rimados los poemas. Me gusta que encaje todo el poema tal y como lo escribió el poeta, aunque a veces se necesita cambiar algunas estrofas.
-¿Es difícil vivir del mundo de la música? ¿Se ha planteado dejarla alguna vez?
-Yo te podría decir que es imposible vivir de la música. Cantar es algo que yo tengo dentro y que me siento a gusto haciendo, por ello nunca dejaría la música. Otra cosa es que toque más o menos, siempre va a haber etapas, pero es un deseo que sale de mí.
-¿Cómo empezó a cantar?
-Empecé tocando el violonchelo, intentaba cantar con él. Sin embargo, no me salían las notas y probé con la guitarra. Hacer sonar bien los acordes de la guitarra era para mí mucho más sencillo y a raíz de eso comencé a cantar acompañado de la guitarra. Esos fueron mis inicios.
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