El Zanni del siglo XXI
Cuando Carlo Goldoni hizo uso de las tramas y los personajes de la Commedia dell'Arte para escribir Arlequino, servidor de dos patrones posiblemente no creyó que su obra trascendería 300 años después de su nacimiento e inspirase a la compañía Animalario para representar la visión actual del conflicto de quienes luchan por mantener su posición acomodada y los que, huyendo del hambre, la guerra y la miseria, se juegan la vida por llegar a este privilegiado mundo para recoger las migajas que van dejando los primeros. Por supuesto, el Arlequino de hoy no lleva ese traje colorido a rombos hecho con retazos de otros trajes, aunque sus ropas bien pudo sacarlas de un contenedor. Tampoco va provisto de máscara, pero es reconocible por sus rasgos faciales y el color de su piel.
Este Zanni moderno intenta satisfacer sus instintos primarios. El hambre es su motor. Tampoco quienes hay a su alrededor contribuyen a saciarlo. Todo lo contrario, lo convertirán en un ser desesperado que opta por devorarse a sí mismo.
El trabajo de Animalario en esta propuesta es fruto de un largo estudio de la Commedia dell'Arte: la puesta en escena, las acciones (los Lazzi), la psicología de los personajes y su interrelación es fiel a la estructura original de la Commedia. Respetan los tiempos, la energía y el ritmo necesario para que la obra no pierda intensidad. Todo este trabajo denuncia el abuso que sufren los más necesitados. Este es el giro que realiza Animalario y convierte la Commedia antigua en la tragedia del que vino para medrar y prosperar.
Han pasado siglos desde que un puñado de actores y actrices subían a las tablas de sus carros y ofrecían a cambio de unas monedas o comida sus canovacci para reírse de sus desgracias. Si observamos con atención nuestro mundo seremos conscientes de que lo único que ha cambiado ha sido la sofisticación de la esclavitud. Animalario lo comprende y se compromete en mostrarlo. Gracias.
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