"Hay algo adictivo en la escritura"

Luna Miguel. Escritora

La autora participa en el Día de las Librerías en la Luque con la presentación de su primera novela, 'El funeral de Lolita', que llega tras una trayectoria dedicada a la poesía

Luna Miguel, en la presentación de 'El funeral de Lolita' en la Librería Luque. / Juan Ayala
Ángela Alba

17 de noviembre 2018 - 02:31

Córdoba/Poeta, editora y traductora, Luna Miguel (Alcalá de Henares, 1990) es una de las plumas más destacadas de su generación. Ha publicado los libros de poesía Estar enfermo (2010), Poetry is not dead (2010), Pensamientos estériles (2011), La tumba del marinero (2013) y Los estómagos (2015), además del ensayo El dedo. Breves apuntes sobre la masturbación femenina (2016). Ahora se ha introducido en la narrativa con El funeral de Lolita (editorial Lumen), un libro que ha presentado este viernes en la Luque dentro de los actos de celebración del Día de las Librerías.

-¿Por qué ha elegido este momento para publicar su primera novela?

-Han sucedido un cúmulo de casualidades. El principal motivo fue cuando me contactó María Fasce, que entonces era editora de Alfaguara y ahora lo es de Lumen. Ella había leído algunos de mis artículos y, sobre todo, lo que escribí sobre las nínfulas y las lolitas en una serie de artículos y ficciones. Me dijo que con el personaje de Helena veía una historia. Le contesté que yo veía un ensayo, pero cuando me puse a recopilar y pasó un tiempo, vi que Helena se había apoderado de mí y le acabé dando la razón.

"Me interesa reivindicar que las mujeres jóvenes puedan decidir sobre sí mismas y sobre su placer"

-¿Qué reivindica con esta primera novela?

-Me interesa reivindicar que las mujeres jóvenes puedan decidir sobre sí mismas y sobre su placer, su futuro y sus ambiciones, independientemente de las miradas y las presiones, normalmente machistas, que la sociedad ejerce sobre ellas.

-¿Qué coge su personaje de la Lolita de Nabokov?

-Recupera muchas cosas, hay muchos guiños a esa Dolores Haze, por ejemplo el que sus padres estén muertos y el que su madre muriera atropellada. Recupera esa duda de no saber en cierto punto si es bueno para ella ese hombre mayor con el que está coqueteando. Esa también es la mayor de sus diferencias: en el caso de Lolita creo que hay un abuso brutal de poder y sexual, y en el de Helena es ella la que cuenta que está enamorada de él, lo que pasa es que claramente hay alguien que se aprovecha de ese amor.

-¿Qué temas subyacen en la historia de este libro?

-Sobre todo, el deseo y el duelo; dos palabras que empiezan por "d" y tan radicalmente distintas. Pero también hay muchos temas como las redes sociales y la precariedad de la generación en la que me incluyo, los millennials: la protagonista tiene un buen trabajo pero es precario. También aparecen la gastronomía y, sobre todo, la literatura.

-La protagonista y usted comparten localidad natal, Alcalá de Henares, ¿hay algo más que tengan en común?

-Aparte de los lugares geográficos, tenemos en común las lecturas. Para poder crear su diario, que es un diario lleno de lecturas que ella va descubriendo, me basé bastante en lo que leía yo a los 15 años. Ojalá alguien de esa edad que pueda acceder a El funeral de Lolita halle en él una guía de lectura independientemente de la que uno se encuentra en las aulas.

-¿Le han ayudado sus conocimientos en poesía para escribir esta novela?

-Por supuesto, muchísimo. Sin la poesía no hubiese sido capaz de escribir este libro, igual que sin el periodismo. Son dos partes fundamentales de la creación de este libro por conocer la palabra desde esos dos ámbitos.

-En sus poemas usa un lenguaje claro y directo. ¿Lo ha trasladado también a la narrativa?

-Creo que sí. A veces me imagino a mí misma dándole porrazos al teclado muchas veces por cómo están escritas ciertas situaciones, pero me parece que tanto mi poesía como esta primera novela abordan temas tan complejos que, sino es desde la visceralidad, no sabría de qué otra manera tratarlos.

-¿Cuál va a ser su próximo proyecto?

-Pronto va a salir un libro infantil en el que he trabajado el último año titulado Hazme volar, y también me he dedicado a un ensayo sobre escritoras latinoamericanas. Sobre todo, lo que más me emociona es que tengo ideas para la que puede ser la siguiente novela, que es como mi gran reto, el qué pasará después de la primera.

-Quiere seguir entonces en la senda de la narrativa...

-Sí, sobre todo por todas las cosas que se han quedado fuera, todas las historias que te cuenta la gente, las cosas que has vivido y que crees que podrían alimentar muy bien las ficciones que tengo en mente. Y, sobre todo, lo pienso como lo que ocurre con los tatuajes, o al menos a mí: cuando te haces uno, quieres hacerte el siguiente. Hay algo adictivo en la escritura. Era adicta a la poesía y al periodismo, y ahora lo soy a la ficción. A ver por dónde me lleva.

-¿Pero va a dejar la poesía?

-No, nunca, eso no se deja.

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