'Por amor al cante', el nuevo disco de Israel Fernández que empezó a fraguarse en Córdoba
Flamenco
El cantaor toledano acaba de presentar su último trabajo discográfico, un homenaje a las peñas que arrancó en El Almíbar
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Córdoba/Las peñas son el último reducto del flamenco. Lugares donde los aficionados paladean el arte más puro a quemarropa, casi en contacto literal con el artista y sin necesidad de artificios. Una voz, una guitarra y a lo sumo unas palmas bastan para encender la mecha de la magia que desprende el flamenco, una música enorme a la par que tímida, cuyo disfrute suele ser inversamente proporcional a la dimensión del escenario que la acoja. En esos templos del flamenco se conserva intacta la esencia de un arte que cada vez encuentra menos espacios para brillar. A las peñas, a pesar de la mala fama que en ocasiones arrastran, le deben mucho los artistas y es por eso que Israel Fernández ha querido homenajear a esos espacios en su último trabajo discográfico. Por amor al cante es un viaje musical por el flamenco más puro y orgánico que empezó a fraguarse en Córdoba hace casi un año y que vio la luz este pasado viernes.
Tarantas, soleá, granaínas, seguiriyas y fandangos adornan el que sin duda es el disco más visceral del artista flamenco del momento. El toledano Israel Fernández quiso acompañarse de Antonio el Relojero, un guitarrista aficionado varias décadas mayor que él, que lo cautivó en un concurso de pueblo, para dar forma a un trabajo que es una declaración de amor al flamenco y a las peñas, el hábitat natural de encuentro entre artistas y aficionados. La Peña Flamenca El Almíbar, de Córdoba, tuvo el privilegio de servir como punto de partida para un trabajo grabado en directo que respeta la esencia del flamenco más vivo, el de los oles atemperados entre el tintineo de las copas de vino.
Fue el 11 de octubre de 2023 cuando El Almíbar abría su décima temporada de Las Noches Íntimas con Israel Fernández como gran atracción. El toledano llegaba de triunfar en algunos de los festivales más importantes del país durante un verano frenético junto al guitarrista Diego del Morao, con el que había grabado Amor (2020) y Pura Sangre (2023), los dos trabajos que lo catapultaron a la primera plana mediática, trascendiendo de la escena flamenca para encandilar a un público mucho más generalista. En Córdoba, sin embargo, aparcó la fama y los sold out que le precedían para ofrecer un alegato en favor del flamenco más íntimo. Fue el primer recital de su vida junto a Antonio el Relojero y el punto de partida del trabajo que acaba de ver la luz.
Un espectáculo que pudieron disfrutar en vivo poco más de un centenar de aficionados en el célebre local de la Calleja del Niño Perdido, hogar durante décadas del Rincón del Cante y sede en la actualidad de El Almíbar. De aquel recital salieron dos de los seis temas que componen Por amor al Cante. Una granaína deliciosa (De cuestiones del querer) en la que el metal del cantaor toledano se funde con el toque añejo de Antonio el Relojero y el interludio que da contexto a este trabajo, en el que los artistas explican cómo se conocieron cuando Israel acudió a un concurso en Colmenar de Oreja, localidad natal de el Relojero, y donde surgió la íntima conexión entre ambos. Certamen que, por cierto, conquistaron. "Se quedó con todo el teatro. Cuando cantó un martinete a palo seco, me quedé sorprendido. Una persona tan joven cantando el flamenco clásico", cuenta el veterano guitarrista sobre aquel joven Israel Fernández que ya derrochaba conocimiento del flamenco más antiguo.
El viaje de ambos artistas continuó durante unos meses intensos en los que pasaron por un puñado de las peñas más reconocidas del país, como El Morato (Almería), La Platería (Granada) o el Círculo Flamenco de Madrid, dando forma a un trabajo que ha visto la luz casi un año más tarde, conservando la magia íntima de aquel primer recital en Córdoba que prendió la mecha.
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