Un catálogo de tesoros

La empresa andaluza Nerea es la única entidad privada que participa en el nuevo Plan Nacional de Arqueología Subacuática, creado para evitar casos como el Odyssey

El submarino republicano 'C-3' es uno de los pecios catalogados.
Pablo Bujalance / Málaga

11 de diciembre 2007 - 02:57

La actuación de la empresa cazatesoros norteamericana Odyssey en el litoral andaluz ha puesto a las autoridades e instituciones responsables del patrimonio sumergido en situación de alerta. Hace algo menos de un mes, el ministro de Cultura, César Antonio Molina, anunció la puesta en marcha de un Plan Nacional de Arqueología Subacuática para evitar nuevos casos de expolio y hacer frente a la vulnerabilidad de los pecios españoles naufragados en todo el mundo. Mañana se celebrará en Valencia la primera reunión para la aplicación del plan, a la que está convocado el grupo malagueño Nerea como única entidad privada junto a organismos públicos de todas las comunidades autónomas.

Los expertos de Nerea acudirán con los deberes hechos: recientemente, presentaron en el Ministerio de Cultura un catálogo con los cuarenta pecios españoles más importantes que permanecen a merced de los expoliadores en aguas de todo el mundo con medidas concretas para su protección.

Según el portavoz de Nerea, Javier Noriega, la impunidad con la que Odyssey actuó en las costas de Málaga y Cádiz, "donde sacaron todo lo que quisieron", se debió, en gran medida, al desconocimiento de la Administración española, y más concretamente la andaluza: "Sencillamente, no se sabía lo que había ahí. Los cazatesoros dijeron en un principio que estaban buscando los restos del buque inglés Sussex, pero nosotros ya advertimos en 2005 a la Consejería de Cultura que aquello no podía ser verdad, que nadie en su sano juicio buscaría el Sussex por aquella zona y que con aquello lograban ganar tiempo, distraer a la Administración y salirse con la suya". Con el nuevo Plan Nacional, el Ministerio quiere enmendar estos errores y poner coto a los expoliadores de manera radical. El primer paso ha sido la solicitud a Nerea del catálogo con los pecios españoles repartidos por todos los océanos más importantes y más necesitados de protección, "porque sólo si se conocen los tesoros éstos se pueden defender de los agresores". La lista de Nerea, que incluye el submarino republicano C-3 sumergido frente a El Palo, propone además actuaciones específicas para la preservación de cada una de las naves.

En concreto, Nerea propondrá mañana en Valencia la adopción como medida de protección general del sistema tecnológico de vigilancia Vyamsat (Vigilancia de Yacimientos Arqueológicos Marinos por Satélite), que el grupo malagueño ya ha aplicado en diversas investigaciones con la colaboración de la Consejería de Innovación de la Junta de Andalucía a través de la Agencia Idea. Se trata de un complejo dispositivo de precisión que ya emplean buena parte de los países de la Unión Europea para la protección de su patrimonio sumergido y que garantiza el absoluto blindaje de los pecios a prueba de los equipos de los cazatesoros ilegales, además de la inmediata actuación de las fuerzas de seguridad en caso de que sean objetos de intervención por parte de embarcaciones sospechosas.

Para Noriega, "el caso Odyssey no tiene nada de película de aventuras y mucho de expolio y agresión". Nerea presentó una demanda contra la firma estadounidense, que saldrá a trámite una vez que el juez de Tampa encargado del caso levante el sumario.

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