Los expertos modifican la cronología del yacimiento del Cerro de la Merced de Cabra
La segunda fase del proyecto, que acaba de concluir, determina que corresponde al siglo IV a. C.
Los trabajos correspondientes a la segunda fase del proyecto de actuación y conservación del yacimiento íbero del Cerro de la Merced ya han concluido. Si importante es el despliegue realizado durante el pasado verano en este monte situado en pleno corazón de las Sierras Subbéticas, más relevantes aún son las conclusiones a las que ha llegado el equipo científico y técnico dirigido por Fernando Quesada, catedrático de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid y uno de los más prestigiosos especialistas en mundo íbero de toda Europa. Si al finalizar la primera campaña se databa el yacimiento en torno a un siglo antes de Cristo, los nuevos trabajos han demostrado que esa fecha es mucho anterior, en torno a cuatro siglos.
Una expedición de periodistas visitó el pasado miércoles el Cerro de la Merced junto al alcalde de Cabra, Fernando Priego, los ediles de Cultura y Servicios Sociales, Javier Ariza y José Luis Osuna, respectivamente, y los responsables del proyecto, quienes explicaron el desarrollo de los trabajos que se iniciaron el pasado mes de julio y han concluido esta semana. Según Quesada, "nos encontramos ante una historia con tres capítulos", ya que al parecer hubo vida en este altozano hace 2.400 años y sobre las ruinas del primer asentamiento se instalaron dos nuevas comunidades, una en torno al siglo I antes de Cristo y otra más tardía que se data en la época medieval.
"Hemos descubierto dos tercios de la muralla" que cubría "un recinto cuadrado de unos veinte metros de lado", indicó el director de la excavación, añadiendo que la altura de los paños podría haber alcanzado "hasta los cinco metros", mientras que "en algunas zonas la profundidad alcanzaba los cuatro metros de grosor". Aunque uno de los aspectos más curiosos que ha arrojado la campaña ha sido sin duda la funcionalidad del emplazamiento. Según Quesada, la altura del asentamiento permitía "no sólo observar sino también ser vistos", algo primordial puesto que desde la altura se dominaba el paso de viajeros "por un lado hasta Carcabuey y Priego, así como hasta Cabra y Lucena". Esto suponía además una demostración de poder por parte del noble que habitaba en el cerro "dado el control que tenía de esta zona de tránsito". Esta teoría, junto con el hallazgo de restos -piedras talladas y frisos- en la zona central y más alta del yacimiento, ha alimentado los indicios de que "existiera aquí un gran monumento 300 años anterior a lo que ahora hemos descubierto" y que serviría para dejar patente la hegemonía "de un líder íbero local en época romana".
Los trabajos han contado con la participación de 12 voluntarios, entre estudiantes y licenciados en Arqueología y personal -peones- contratado a través de los programas puestos en marcha por el Patronato Municipal de Bienestar Social -Empleo Solidario- y la Diputación de Córdoba. Igualmente, una empresa local instaló una pasarela metálica provisional para facilitar el acceso al equipo de la excavación, una estructura que será desmontada hasta el inicio de la siguiente campaña -julio de 2014- pero marca la pauta para la instalación de los futuros accesos al yacimiento para ser mostrados a los visitantes. Esta última fase consistirá en la puesta en valor del Cerro de la Merced.
"Somos conscientes de que no estamos haciendo un gasto, sino que estamos invirtiendo en cultura para Cabra", aseguró el regidor, quien recordó que este proyecto se lleva a cabo gracias al convenio de colaboración suscrito entre el Consistorio egabrense y la Universidad Autónoma de Madrid.
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