Una cuerda para cada cultura
El compositor e intérprete Luis Delgado expone en el Teatro Góngora parte de su colección de instrumentos insólitos
Luis Delgado empezó a coleccionar instrumentos musicales con 14 años. El primero lo consiguió en Hungría y fue una cítara tradicional del país. Su más reciente adquisición ha sido un silbato de barco. Durante los años que han mediado entre la cítara húngara y este silbato, el músico ha ampliado su colección en sus viajes y conciertos por todo el mundo. Cuenta con hasta 1.200 instrumentos de todo tipo, de los cuales ha seleccionado solo 25 ejemplares, todos de cuerda, para la exposición Cuerdas insólitas: una mirada a los cordófonos del mundo, que se enmarca en la programación del Festival de la Guitarra.
Esta muestra de instrumentos es solo "la punta del iceberg", como él mismo dice, de la colección de Luis Delgado, que admite que el criterio empleado en su selección ha sido el de la singularidad de los objetos. Algunos deben su valor a su historia, otros son insólitos por su procedencia o modo de fabricación. Además de ser herramientas sonoras, suponen auténticos exponentes de las diferentes culturas, ya que en ellos se aprecian los parámetros estéticos y motivos de diseño más característicos de las mismas. Otros, además, se descubren como la propia voz de su pueblo, como sucede en el caso de la cora de Senegal, el instrumento con el que los juglares, los llamados Jali, ayudan a preservar su tradición oral acompañados de música.
Cordófonos de aspecto complejo comparten expositor con otros aparentemente más sencillos. El dam bao vietnamita, por ejemplo, tiene una sola cuerda, cuya tensión se varía con una vara de cuerno de búfalo para conseguir una escala completa. El taus procede de la India y, siguiendo su tradicional ornamentación animal, tiene la forma de un pavo real. Se toca deslizando un huevo de mármol por las cuerdas, de forma similar al slide del blues. El laúd de Stössel presenta un curioso diseño destinado a evitar la torsión de la muñeca, pero también llama la atención por su historia. Su creador, un luthier alemán, falleció en su taller durante los bombardeos de la ciudad de Colonia, de modo que solo circula por el mundo una escasa cifra de los instrumentos que fabricó: los que, literalmente, se salvaron de la quema.
Esta muestra podrá visitarse en el Teatro Góngora hasta el 14 de julio. Durante su inauguración en la mañana de ayer, el concejal de Cultura, Juan Miguel Moreno Calderón, invitó a los ciudadanos a apreciar esta "exposición impagable" que hará las delicias de los amantes de la guitarra y de los instrumentos de cuerda.
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